Así de claro parece tenerlo un país limítrofe como Chile, que anuncia medidas para defenderse del peligro que ve en sus vecinos Bolivia y Perú.

El presidente Sebastián Piñera ha informado, en una entrevista del diario El Mercurio del anterior fin de semana, de un cerco eléctrico que su país piensa implementar en la frontera norte. “Nosotros (allí) limitamos con países que son grandes productores de droga. Desafortunadamente, Perú y Bolivia producen una cantidad significativa de cocaína o pasta base que se consume en el mundo entero”, ha dado por hecho. Y ha rematado con un “en consecuencia, nuestro país tiene un riesgo permanente de ser un mercado final de la droga o país de tránsito”. 

No puede pasar desapercibido algo de lo que este diario informó hace tiempo y que ha salido a flote nuevamente a raíz de los hechos de Uncía: comunidades como las del Norte de Potosí están sembrando coca. ¿Para qué? No para acullicar, seguramente.