Patriota y Choquehuanca dieron un repaso a la agenda bilateral, conversaron sobre una futura reunión entre los presidentes Dilma Rousseff y Evo Morales, aún sin fecha, y firmaron acuerdos de cooperación brasileña en el campo agrícola, de sanidad animal y desarrollo fronterizo.

"Por supuesto que nos preocupa la cuestión del narcotráfico, es una cuestión que preocupa a toda la comunidad internacional", dijo el ministro, quien explicó que por tal motivo Brasil tiene el objetivo de cooperar con Bolivia, tercer productor mundial de cocaína, después de Perú y Colombia, en su lucha antidrogas.

Brasil y Bolivia comparte una frontera común de 3.100 kilómetros y muchos poblados en la línea demarcatoria son puntos de un fluido comercio de drogas y contrabando de armas y automóviles robados.

Patriota manifestó que su país "tiene la intención de desarrollar bilateralmente con varios de sus países linderos" programas de cooperación, aunque la idea es que se realice en el marco de las Naciones Unidas o la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).

En ese sentido, anunció la visita a Bolivia de su colega de Justicia, José Eduardo Cardoso, para justamente discutir el tema.

Cardoso y el ministro boliviano de Interior, Sacha Llorenti, se reunirán el martes en la región del Chapare (centro), para supervisar la erradicación de cocales, de los que hay en el país un total de 30.900, así como definir futuras acciones policiales y judiciales contra las drogas.

Patriota y Choquehuanca, al cabo de la reunión que se desarrolló este viernes, suscribieron una serie de acuerdos de cooperación comercial fronteriza, desarrollo agrícola y sanidad animal.

Sobre el encuentro Rousseff-Morales, se informó que aún no hay fecha, pero que el deseo es que se realice durante el primer semestre de este año en Bolivia.

También conversaron sobre la decisión brasileña de dar facilidades para comprar textiles bolivianos por 21 millones de dólares, con reglas más flexibles que las vigentes en el acuerdo Bolivia-Mercosur, y el crédito por 35 millones de dólares para la compra de tractores.

Brasil también anunció su intención de apoyar a La Paz en sus planes para industrializar su inmensa riqueza de litio que se encuentra en el andino Salar de Uyuni (suroeste), el desierto salino más grande del mundo, donde -según los bolivianos- hay 100 millones de toneladas métricas de litio, un 70% de las reservas mundiales.