Aunque no se puede decir que en Venezuela haya una dictadura, no existen en ese país los elementos de la democracia: un marco equitativo para la oposición, libertades, autonomía de una institución electoral, clima de tolerancia y división de poderes.

Así lo expresó este sábado el escritor e historiador mexicano Enrique Krauze al presentar en la XXII Feria Internacional del Libro El poder y el delirio (Ediciones Urano).

Fue un concurrido evento pues, no hay duda, el presidente venezolano Hugo Chávez despierta constante controversia en Colombia, entre otras cosas, por los frecuentes roces entre él y su homólogo Álvaro Uribe.

Acompañado por el periodista Félix de Bedout, Krauze fue comentando algunos de los temas que llevó a su libro, analizó la situación más reciente y planteó escenarios.

Por ejemplo: "A pesar de que las condiciones no están dadas para la vida democrática equitativa, la mejor salida para la oposición es que saque fuerzas y se organice para las elecciones legislativas de 2010 y que comience a trabajar para el 2012 (cuando serán las elecciones presidenciales). La oposición tendría que estar armando todo en foros nacionales e internacionales y por eso tienen que contar con el apoyo de todos nosotros."

El autor mexicano analizó el contexto del surgimiento de una figura como la de Chávez, pues esta nación sudamericana apenas a finales de los años 50 inició su llamado ciclo democrático, con una primera generación con mandatarios como Rómulo Betancourt; sin embargo, las generaciones que les siguieron no supieron administrar la democracia y tampoco los recursos que les dejo la bonanza petrolera: "tuvieron una borrachera de poder", planteó
Enrique Krauze.

Y surgió el caudillismo

En ese contexto se dio además una etapa de antipolítica, donde "se actuó y se habló tanto contra la democracia en lo que fue casi un suicidio de la democracia". Una de las consecuencias entonces fue el surgimiento del caudillo, explica el escritor.
"Quienes creían a Hugo Chávez una caricatura estaban equivocados, hay que tomarlo muy en serio; hay en él una vocación de poder muy grande y su objetivo, desde los años setentas, es la reedición del librero revolucionario de los años sesentas. Esa película ya la vimos", agrega.

Enrique Krauze, que ha tenido diversos encuentros con públicos universitarios y de otros sectores en esta feria donde México es invitado de honor, dejó claro que siempre ha expuesto su respeto por la vocación social del gobierno de Chávez, y refirió que en el caso mexicano, el más social de los gobiernos fue el Lázaro Cárdenas, con la salvedad de que éste no tuvo el poder absoluto ni se quedó en el gobierno ni un minuto más de su periodo. Y esa frase de "ni un minuto más" se convirtió en una broma para el público, en un país donde se contempla una segunda reelección del presidente Uribe.

Respecto al "delirio del caudillo", Enrique Krauze comentó por ejemplo que el presidente venezolano más que admirar a Fidel y a Bolívar, compite con ellos. "Chávez, genuinamente piensa que todos los actos, hechos, dichos de su vida no solamente son ejemplares, sino que son parte de la historia venezolana. Vamos más lejos: la historia venezolana es un capítulo de su biografía que tan representativa, que es tan emblemática."

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