“No tengo acta de nacimiento porque nadie se preocupó de hacerlo. Quedé volando…como un pajarito que pone el huevo en el nido y nace solo”.

Es el testimonio de una anciana de 82 años sin identidad. Se calcula que sólo en México hay 10 millones de personas en su misma situación. Del total de nacimientos anuales en todo el mundo, 50 millones de niños no están registrados.

El subregistro de nacimientos de personas en México las convierte en inexistentes ante todos. Son personas no reconocidas, sin nombre y sin nacionalidad; sin personalidad jurídica; sin protección y sin derechos ni acceso a los beneficios que brinda el Estado.

“El detonante de este problema tan grave es la miseria”, critica Óscar Ortiz, Director General de la Organización No Gubernamental (ONG) Be Foundation. Derecho a la Identidad, en entrevista con EFE Reportajes. Y añade que los más vulnerables son los niños ya que la falta de registro sienta la primera piedra para una exclusión social total y absoluta.

Extremo confirmado por Alison Sutto, Jefa de Protección a la Infancia de UNICEF México. “La falta de registro de nacimientos y documentos de identidad puede tornar a los niños y niñas vulnerables a la violencia, la explotación, la sustracción o la trata. Los niños y niñas son especialmente vulnerables. Al no contar con documentos, no se puede comprobar su edad o filiación, lo cual les coloca como posibles víctimas de explotadores”.

Asimismo, la ausencia de identificación favorece la corrupción con la duplicidad de actas de nacimiento y contribuye a que se vendan registros falsos de manos de grupos de delincuencia.

UN DERECHO IGNORADO

Además de la pobreza estructural en la que vive sumergida México, son varias las razones que fomentan que exista esta falla. En opinión de Alison Sutto, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), “existen factores culturales, geográficos, así como los costos directos e indirectos que les supone a las familias”.

En muchas ocasiones, en las aldeas más pobres del país, (donde una familia tiene una media de 5 hijos) prefieren darles de comer que gastar los aproximadamente 100 pesos que cuesta inscribirlos.

“Por eso -explica Sutto- lo más importante es que se de un cambio de actitud, considerar que la identidad es un derecho, uno de los más importantes y estratégicos para la inclusión social, y que no es un servicio ni debe ser una fuente de ingresos. Para ello, agrega, se requiere de inversión e innovación para asegurar que todos los niños vean garantizado el derecho a la identidad desde su nacimiento, conforme está estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño”.

La Convención de los Derechos de la Infancia, ratificada por México en 1990, establece y reconoce el derecho a toda persona a tener un nombre y una nacionalidad mediante el registro oportuno y universal de nacimientos. Un documento que dice textualmente: “El niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho a un nombre, a adquirir una nacionalidad...” (Art. 7).

Conocer las cifras oficiales de personas sin identidad es, lógicamente, complicado. Por eso, organismos como UNICEF están colaborando con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) y el Registro Nacional de Población (RENAPO) para que México tenga información clara sobre las tasas de cobertura de registro de nacimiento en cada municipio del país.

Esto debería ayudar a los gobiernos estatales y municipales a detectar donde hay niños y niñas sin registro, para reforzar sus políticas para llegar a ellos y que accedan así a su derecho a la identidad.

LO MÁS GRAVE, EN EL SUR

Con las evaluaciones realizadas hasta el momento se puede concluir que el caso más grave es el del estado sureño de Chiapas, seguido de varias zonas rurales e indígenas del sur de México. En Chiapas, por ejemplo, según cifras de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) extraídas en 2009, no quedaban registrados ni tan siquiera la mitad de sus nacimientos el primer año.  

“Los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Morelos, Puebla, Hidalgo y Michoacán por señalar algunos ejemplos, tenían una cobertura de registro de nacimientos de 42.9%, 44.5%, 57.8% 63.4%, 66.2%, 66.3%, 73.0%, 74.8% respectivamente en el primer año de vida”, recoge el documento.

Son muchos los esfuerzos que se están haciendo para poner fin al subregistro de nacimientos. Según los expertos consultados por EFE Reportajes sí existe voluntad política ya que México se ha comprometido junto con otros países de la región a garantizar el registro de nacimiento universal, oportuno y gratuito para el 2015.

En el terreno, las acciones emprendidas por organizaciones como Be Foundation o UNICEF ya están dando sus primeros frutos.

En 2011 más de 3,000 niñas y niños de comunidades indígenas de Chiapas recibieron su acta de nacimiento gratuita en Las Ollas, una localidad ubicada a más de 2,200 metros de altitud en los altos chiapanecos.

La entrega de documentos se realizó gracias UNICEF y a las Brigadas de Registro de Nacimiento en colaboración con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y autoridades estatales.

GRATUIDAD DEL REGISTRO

En este sentido, el Director de Be Foundation, Óscar Ortiz, insta a que se sensibilice cuanto antes a la población. “Urge trabajar en conjunto con las autoridades de los municipios estatales para que sean los padres quienes tengan la llave para que se respeten los derechos fundamentales de sus hijos”, dice.

Tanto esta ONG como el organismo de Naciones Unidas están luchando para conseguir que el registro no tenga coste alguno.

En Chiapas, por ejemplo, la combinación de estrategias que incluyeron gratuidad permitió incrementar en 76% el número anual de niños registrados entre 2009 y 2011, llegando a más de 165,000 niños y niñas en 2011.

Citando uno de los lemas de la ONU: “La humanidad le debe a los niños y las niñas lo mejor que tiene para ofrecer”. Que menos que una identidad.