Este evento cuenta con la participación de alrededor de 500 líderes internacionales del sector público, privado, intelectual, así como de jefes de Estado y organizaciones sociales. Entre sus objetivos destaca la identificación de políticas públicas y acciones tendientes a elevar los niveles de competitividad de la región. Con este valioso esfuerzo el presidente Calderón fortalece la presencia internacional de México.

Dos fenómenos afectan a la región latinoamericana y a otras naciones. Por una parte, la desaceleración de la economía de Estados Unidos, suceso que, aun con todos los sinónimos utilizados, da muestras de que se trata de una crisis severa. Por la otra, la descomposición de la armonía diplomática derivada de las tensiones entre Colombia y sus dos naciones vecinas, Ecuador y Venezuela.

En 2007 el comercio exterior de América Latina alcanzó un importe de mil 200 millones de dólares, cifra que representa casi 75% del comercio total de China. La región ha transitado por un periodo de notoria estabilidad política, elecciones democráticas y reformas económicas que buscan elevar la competitividad en la mayoría de los países que la integran. No obstante, la OCDE estima que en América Latina cerca de 200 millones de personas viven en condiciones de pobreza.

Alan Greenspan reconoce que en América Latina aún hay obstáculos para incorporarse exitosamente a las ventajas de la competitividad global, tales como deficiencias económicas, intervención gubernamental, populismo y diversas anomalías jurídicas que propician la corrupción.

En los próximos años la región requerirá cuantiosas inversiones en infraestructura para transporte terrestre, marítimo y aéreo, así como para revertir gradualmente las brechas económicas, sociales y tecnológicas que sitúan a la población de esta parte del continente en condiciones de desventaja respecto a las naciones desarrolladas. La prioridad es invertir en la gente, en la educación secundaria, tecnológica y de especialidades, así como en la creación de “polos de competitividad”, que serán de primera necesidad para alcanzar metas en todas las regiones emergentes.

Una de esas metas es la reforma energética. Es de esperarse que la comunidad internacional reconozca la importancia del esfuerzo realizado por el gobierno mexicano para impulsar esta reforma en tiempos de incertidumbre mundial.

Afortunadamente, México tiene la más amplia red de tratados de libre comercio del mundo, por medio de la cual se podría diseñar una estrategia latinoamericana de comercio exterior e inversión extranjera para competir con fuerza en Asia, Europa, Norteamérica y otros mercados no tradicionales.

En el corto plazo son pocas las probabilidades de conciliar modelos políticos y económicos excluyentes; mientras unos buscan ampliar la participación del sector privado y la inversión extranjera, otros nacionalizan sectores que poco tienen de estratégicos.

Esta región hermanada por raza, lengua y cultura se enfrenta nuevamente a una perversa paradoja que crea los más grandes obstáculos a nuestro desarrollo unificado.

En mi opinión, en EU existe una alta vinculación entre la recesión económica y la incertidumbre política. Antes de que finalice este año, en Monterrey tendremos otro evento de semejante importancia, México Cumbre de Negocios. El nuevo panorama que arroje la elección presidencial estadounidense nos permitirá evaluar con mayor certidumbre nuestras opciones futuras.

Hamlet en San Lázaro

Privatizar o perredizar, ese es el dilema.

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Político, escritor y periodista