La dispersión de recursos y el mal diseño de presupuestos provocarán el engrose de las filas de la pobreza, al menos durante los próximos tres años, advirtieron expertos en desarrollo humano y economía.

Durante un panel sobre desarrollo social, pobreza y crisis, organizado por Excélsior, expertos estimaron que las cifras de marginación seguirán creciendo el próximo año, en 2011 y 2012, a pesar de que el país comience a recuperarse de la crisis económica.

Rodolfo de la Torre, director de la Oficina Nacional de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México, destacó que la recuperación económica es más rápida que la social.

“El rezago en los indicadores de desarrollo tarda unos dos años en alcanzar la recuperación financiera”, dijo el también director del Instituto de Investigaciones sobre Desarrollo Sustentable y Equidad Social, de la Universidad Iberoamericana (UIA).

Esta semana, el Banco de México (Banxico) confirmó que la caída en la economía será de 7.5 por ciento para este año, mientras que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó que la recuperación comenzará en 2010, cuando la cifra será de tres por ciento.

Hace dos semanas se dio a conocer que, por primera vez en diez años, aumentó el número de mexicanos cuyos ingresos no alcanzan para comprar los productos de la canasta básica aunque destinen todo su dinero para hacerlo. Pasaron de 14 millones 400 mil personas en 2006 a 19.5 millones en 2008.

Desde 2006 y al menos hasta 2012, se sumarán más mexicanos al sector marginado, es decir, durante toda la administración del presidente Felipe Calderón.

En este sentido, De la Torre coincidió con José Luis de la Cruz, analista de la División de Negocios del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey, quien aseguró que en lo que resta de 2009 habrá información negativa en empleo, poder de compra y remesas.

En la mesa de discusión, el académico recalcó que con este panorama las cifras de pobreza podrían ser peores que las de 2000, cuando en el país había casi 24 millones de mexicanos viviendo en condiciones de pobreza extrema.

“El fin de sexenio reportará más pobres que con los que inició, y entre 2008 y 2010 repuntará el problema de la pobreza”, estimó De la Cruz.

El engrosamiento de las clases marginadas seguirá en ascenso mientras no exista una mejor planeación de presupuestos en los tres niveles de gobierno y los programas de asistencia no estén bien definidos, señalaron los especialistas.

“El reto de la política es la dispersión de recursos en el gobierno federal y en los estados. Podríamos avanzar mucho más en las coberturas básicas si hubiera una mayor coordinación y focalización en los programas dirigidos a los pobres. Además de mejorar la calidad de servicios educativos y de salud. Con esto, la política social tendría un mayor alcance en cuanto a coberturas”, dijo Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Además, el gasto para los programas no corresponde a la cantidad de políticas que genera la Federación para atender cada sector.

En su Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social en México 2008, el Coneval reveló que 25 por ciento del presupuesto está destinado a programas de salud.

Sin embargo, sólo cinco por ciento de las políticas públicas se enfocan en esta área. Además, según el Presupuesto de Egresos de la Federación 2009, tres cuartas partes del monto para el sector se canalizan a salarios y prestaciones de sus trabajadores.

González Licona coincidió con Rodolfo de la Torre, quien detalló que los rubros más marginados no son los que reciben los apoyos.

“Sí hay problemas de coordinación, porque el objetivo de proporcionar recursos a los que más rezago de desarrollo tienen no se está cumpliendo. Los recursos con los que se cuenta no tienen claros objetivos de equidad”, sentenció.

Si bien los gastos para alimentación representan 20 por ciento del monto para el desarrollo, el número de estrategias para planes de comida no rebasan cinco por ciento.

Las áreas más atendidas, según el informe, son el sector agropecuario y el crecimiento empresarial. Mientras que la vivienda, la migración y el deporte están en el fondo de la lista, tanto en presupuesto como en atención por parte de las dependencias.

De la Torre agregó que los mismos problemas ocurren cuando los estados determinan el presupuesto para los municipios.

Para frenar el alza en los grupos de escasos recursos es necesario un cambio en las políticas públicas para que los derechos al desarrollo sean para todos los mexicanos, coincidieron los analistas.

La seguridad social debe ser universal, dijo González Licona. Según el estudio de Coneval, siete de cada diez jefes de familia carecen de derechohabiencia, un problema que se suma al desempleo, pues al ser despedido, el trabajador pierde esta prestación.

Banxico pronosticó esta semana que 735 mil personas perderán su empleo antes de que termine 2009.

“Hay que desligar la seguridad social del trabajo y que ésta se financie con gastos generales… porque ni logramos una cobertura total de la seguridad social ni generamos empleos”, recalcó González Licona.

Esta situación se refleja en es estancamiento del país en términos de competitividad. Según el último Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial (FEM), México se sitúa en el lugar 60 en un ranking de competitividad que compara a 134 naciones.

“Mientras no se resuelva el problema del empleo, y que los salarios se ajusten no por la inflación, sino por productividad, no tendremos una mejora en la distribución de la riqueza”, apuntó José Luis de la Cruz.

En las legislaciones quedan pendientes, aseguró Hernández Licona: un mayor dinamismo en seguridad social, una reforma laboral, además de captar más recursos fiscales.

Por su parte, en su Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social en México 2008, el Coneval señaló que el presidente Felipe Calderón y el Congreso de la Unión deben avanzar en el cumplimiento de derechos sociales.

Además de mejorar el diseño de los programas para evitar que los planes de asistencia se dupliquen.

“Antes de su creación, los programas deberán tener un diagnóstico claro del problema que quieren resolver y buscar acciones de probada efectividad para tal diseño del programa”, sentenció el documento.

Coneval instó a las secretarías federales a coordinarse de manera efectiva entre instituciones y programas, así como reasignar estrategias entre dependencias para hacer más eficiente el presupuesto.

En este sentido, recomendó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público calcular la población en pobreza potencial y fortalecer la operación de los programas para que se cumplan los plazos establecidos.

“La regulación es excesiva y será necesario hacerla más ágil”, sentenció el texto.

En materia de salud, el documento propuso desarrollar estrategias de monitoreo de la calidad de los servicios en el país. Además, asegurar la atención universal de las mujeres embarazadas y de los niños menores de un año, para reducir la mortalidad materna e infantil; y desarrollar una política efectiva para frenar y prevenir la obesidad.

Los años de 2006 a 2012, coincidieron los expertos, estarán marcados por el desempleo, la escasez de servicios de salud y la poca competitividad de esta administración, para cerrar el sexenio con grupos sociales más estancados.