Este pasado 22 de septiembre la Cámara de Diputados tomó la decisión de mandar una comisión a Honduras para apoyar la restitución de la democracia en ese país. Como nuestros legisladores son muy civilizados, y resuelven siempre sus diferencias políticas con diálogo democrático, su simple presencia bastará sin duda para resolver el conflicto de Honduras. Su enorme generosidad, sin embargo, no se extiende al pago de los pasajes, viáticos y estancia. Seremos los contribuyentes quienes tendremos que cubrir este inútil acto de turismo político.
Nos dicen los funcionarios del gobierno que no hay tela de donde cortar. Que con el fin de combatir la pobreza es indispensable cobrar nuevos impuestos, aunque se retrase la recuperación económica y se destruyan empleos. Los viajes de los diputados nos recuerdan, sin embargo, el dispendio en todos los órdenes de gobierno.
¿Por qué debemos pagar los contribuyentes el subsidio de más de 100 millones de pesos que el gobierno de San Luis Potosí da al equipo de fútbol San Luis propiedad de Televisa?
¿Por qué debemos cubrir los apoyos que el gobernador de Jalisco da a las organizaciones cercanas a la Iglesia Católica?
¿Por qué debemos pagar los aviones privados y helicópteros de secretarios y gobernadores? ¿Por qué sus convoyes de camionetas?
¿Por qué debemos cubrir el costo de los comedores privados, chefs y meseros de secretarios y gobernadores?
¿Por qué debemos pagar pistas de hielo y playas en la ciudad de México?
¿Por qué debemos cubrir los costosos y constantes viajes del presidente Calderón al extranjero?
¿Por qué tenemos que pagar pasajes semanales de avión a diputados y senadores?
¿Por qué debemos dar un subsidio de 40 mil millones de pesos a una empresa, como Luz y Fuerza del Centro, que da un pésimo servicio, cobra tarifas elevadas y goza de un monopolio?
¿Por qué debemos gastar 10 mil millones de dólares o más en construir una refinería que ya sabemos va a perder dinero y, además, en un momento en que saldría más barato comprar una instalación ya existente en EE.UU.?
¿Por qué debemos pagar 3 mil millones de pesos para mantener a los partidos políticos y unos seis mil millones más para cubrir los gastos del Intituto Federal Electoral (IFE) si el próximo año no hay elecciones federales?
¿Por qué tenemos que pagar los gastos de promoción de todos los que quieren llegar a la Presidencia de la República en el 2012?
¿Por qué deben tener asegurado su empleo los burócratas que no cumplen con su trabajo cuando los mexicanos sufrimos el desempleo más alto en 14 años? ¿Por qué los burócratas se jubilan a los 48 años pero el resto de los trabajadores debemos esperar a los 65?
¿Por qué debemos aceptar que los políticos y los burócratas no paguen los mismos impuestos que el resto de los contribuyentes?
¿Por qué debemos seguir aumentando el dinero que entregamos a la Procuradoría General de la República (PGR)y la Secretaría de Seguridad Pública federal, cuya principal responsabilidad son los delitos contra la salud, si el consumo de drogas sigue incrementándose en México?
Nos dicen los voceros del gobierno que hay que subir nuevamente los impuestos para combatir la pobreza. Más bien parece que la única pobreza que combate el gobierno es la de los burócratas y funcionarios públicos.
Artículo de AsuntosCapitales © Todos los derechos reservados.
