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02/10/2005 | Gaza: Cómo comenzó todo…

Asaf Romirowsky

La retirada de Gaza marca la primera vez desde la Guerra de los Seis Días de 1967 en que Israel ha entregado territorios exigidos por los palestinos como parte de su futuro estado, pero aún hay muchas cuestiones sin contestar. ¿Tomará Hamas el control de Gaza?, o ¿instaurará Abbás la ley y el orden?

 

Estos son dos grandes interrogantes. La cuestión relevante, no obstante, es ¿cómo afecta la desconexión de Gaza a la alianza norteamericano-israelí?

Los asentamientos judíos de Gaza y el Judea y Samaria siempre han sido una fuente de tensión entre América e Israel desde que Israel lograse el control de la Franja de Gaza y el Judea y Samaria como consecuencia de la Guerra de los Seis Días en 1967. Los vínculos entre los dos países se han ajustado a lo largo de los años, especialmente desde el 11 de Septiembre; como comenta Victor Davis Hanson, “en un mundo que se opone casi uniformemente al estado judío democrático, Israel no tiene mejor amigo que Bush”. [1] En la otra cara de la moneda están aquellos que piensan que la relación demasiado próxima supondrá comprometer la amistad, como sugirió el Congresista de Dallas John Bryant en 1991, reteniendo la ayuda a Israel a menos que congelase toda construcción en los asentamientos. Todo esto se hizo con el fin de promover su propuesta de ley, con la que Bryant afirmaba querer “proteger al pueblo de Israel frente a las políticas extremas del gobierno Likud”. [2]

Muy llamativamente, uno puede saber qué piensa la administración norteamericana de los asentamientos según el lenguaje utilizado para describirlos.

La administración Johnson aludió a los asentamientos como “destacamentos civiles o cuasi-civiles en áreas ocupadas”.
La administración Nixon aludió a los asentamientos como “área ocupada”.
La administración Ford aludió a los asentamientos como “territorios ocupados”.
La administración Carter aludió a los asentamientos como “asentamientos”.
La administración Reagan aludió a los asentamientos como “asentamientos”.
La administración George H.W. Bush aludió a los asentamientos como “poder ocupante en los territorios ocupados, que incluyen el Judea y Samaria, Gaza, Jerusalén Este y los Altos del Golán”.
La administración Clinton aludió a los asentamientos como “asentamientos”.
La administración George W. Bush aludió a los asentamientos como “asentamientos”.

Cuando se utiliza el término asentamiento, connota la aceptación, no siempre el acuerdo, de que el gobierno israelí tiene el derecho a actuar del modo que vea apropiado para proteger la seguridad y la integridad de los ciudadanos israelíes. Como explica Nadav Safran, “[Israel desarrolló] el sistema de avanzadillas-asentamiento con la intención de proporcionar a Israel ‘peso estratégico’ para compensar la ausencia de peso territorial”. [3] Los términos restantes se tradujeron en la era post-1967, en la que América y el mundo se reconciliaron con Israel como verdadera fuerza militar. El acuerdo de Lyndon Johnson en 1968 de vender cazas Phantom a Israel ilustra este cambio.

Y a finales de 1967, el entonces Primer Ministro israelí Levi Eshkol creó la fundación de asentamientos judeo-israelíes, con el fin de crear una zona tampón en la frontera suroeste de Israel. A esto le siguió la decisión inicial del gobierno en junio de 1970 de establecer asentamientos en Gaza; y, en 1972, Israel creó dos destacamentos del ejército que más tarde se convirtieron en Netzarim y Kfar Darom, los dos asentamientos que Ariel Sharon pensaba que estarían “para siempre” en manos de Israel. [4]

Aunque puede que Estados Unidos no siempre esté deacuerdo con las acciones de Israel, la alianza entre los dos países es profunda y general, así como diversa, desde vínculos económicos y sociales hasta defensivos. Éstos sirven como ladrillos de construcción para la amistad prolongada. E incluso ahora que Israel atraviesa un cambio monumental que afecta al mero tejido de la sociedad israelí, los vínculos deben ser asegurados. Además, la amenaza del terror está aún sobre la mesa y no va a desaparecer porque Israel se desconecte de la Franja de Gaza. Debemos asegurarnos de que los residentes de Gaza que hoy sacrifican sus hogares no lo hagan en vano. Y que esos palestinos que están celebrándolo no expresen el mismo tipo de alegría que expresaban cuando cayeron las torres el 11 de Septiembre. Lo que hace destacar a la presente administración Bush por encima de las administraciones norteamericanas anteriores es la política de Bush hacia Oriente Medio, desde derrocar a Saddam Hussein hasta la lucha contra el islam radical. Esto es lo que convenció a Sharon de que tiene un verdadero amigo en la Casa Blanca. Dicho eso, debemos alentar hoy el apoyo para evitar que Gaza se convierta en un campamento de entrenamiento para islamistas.

Notas
[1] http://www.victorhanson.com/articles/hanson031805.html
[2] http://www.meforum.org/article/349
[3] Safran, Nadav. Israel, el aliado asediado, Cambridge: The Belknap Press of Harvard University Press, 1978, P. 236.
[4] http://www.haaretz.com/hasen/spages/612943.html

El Reloj (Israel)

 



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01/03/2007|

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