Los hechos primero. Cierto, la economía ha crecido sostenidamente gracias al aumento de los precios de materias primas, la maduración de inversiones y el ATPDEA. Pero hay algo más que es parte de ese crecimiento y que debe preocupar: también el narcotráfico ha crecido gracias a nuevas inversiones y socios internacionales y un mejor armado de la cadena productiva.
Distintas fuentes señalan que aparte de la amapola, los cultivos de coca destinados a la fabricación de pasta básica de cocaína, clorhidrato de cocaína han aumentado al mismo tiempo que la economía formal. Según fuentes de la ONU, más que el hectareaje (que crece en áreas nuevas como Puno en el sur, el Cenepa en el norte, o los extremos del valle del Río Apurímac y el Ene en el centro), lo espectacular es el aumento de la productividad, sobre todo de la coca, a tal punto que hoy se estima en 109,000 TM anuales (FONAFE 2005).
Se habla de almácigos preparados según los suelos, irrigación por goteo, cuidado de la planta y hasta de la introducción de hornos de secado de la hoja. Las pozas de maceración para la fabricación de pasta han aumentado en número, pero también los grandes laboratorios de clorhidrato de cocaína. Por último, se conoce de producción de cocaína en volúmenes antes desconocidos, al punto que se han incautado recientemente embarques que llegan a una tonelada métrica.
Esta nueva cadena económica de la droga está armada por los carteles peruanos asociados a sus clientes colombianos y mexicanos. Ambos manejan las firmas que compran la pasta de los poceros, que las fabrican en las cuencas y que, a su vez, organizan a los traqueteros que adquieren la coca.
Frente a esta economía del narcotráfico, distinta a la de los años 80, que genera hoy mayor valor agregado (por fabricar más cantidades de clorhidrato en lugar de pasta), y que sale ahora por nuevas rutas (marítima y no aérea),
¿deberían preocuparse los empresarios formales? Hay quienes piensan que mientras no sea su problema ¿para qué darle importancia? A fin de cuentas, se trata de dos actividades distintas.
Pero existen también quienes consideran que el nuevo virus es un problema creciente que no puede ser ignorado. Tan es así que los organizadores del CADE 2005 han considerado una sesión especial preparatoria en noviembre
dedicada a exponer los riesgos, costos y problemas que le significa a la empresa este creciente y más sofisticado narcotráfico.
Me adelanto a sostener que la razón principal es que el narcotráfico se disfraza de empresariado formal, se infiltra en sus gremios, aparenta además "ser de éxito", y puede causarle problemas al hacer negocios con ellos, sobre todo si exporta porque la reputación debe ser intachable.
