La canciller Angela Merkel se está quedando sola en la Unión Demócrata Cristiana (CDU) en el momento de mayor debilidad de su Gobierno. La derrota electoral y el fracaso, la noche del jueves, de las conversaciones de coalición emprendidas por Jürgen Rüttgers para Renania del Norte-Westfalia han dejado a Merkel sin el tercero de sus cuatro vicepresidentes en el partido. Primero anunció su partida Roland Koch, primer ministro de Hesse y halcón democristiano. Poco después dimitió por sorpresa el presidente federal, Horst Köhler.
Merkel y sus socios liberales han propuesto a Christian Wulff, presidente del land de Baja Sajonia, como sucesor de Köhler y, de tener éxito, Wulff dejará también su cargo en el partido en el congreso de noviembre. A Merkel, presidenta de la CDU, le quedaría una sola vicepresidencia, la que ocupa la ministra de Educación, Annette Schavan.
La líder democristiana va a perder así a tres dirigentes veteranos y avezados que satisfacían al ala derecha del partido. Ya se ha abierto el debate sobre cuál será la futura guardia pretoriana de Merkel.
Se baraja un avance del ministro de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, y de la ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen. Pero en cualquier caso se avecina un cambio generacional de consecuencias imprevisibles para la debilitada canciller.
