Los Legionarios de Cristo en México, a través de más de 300 sociedades anónimas de capital variable, asociaciones civiles, sociedades civiles e instituciones de asistencia privada, realizan su labor empresarial, clerical y educativa con más de 470 propiedades ubicadas en 22 estados del país.
La orden creó una infraestructura financiera, con varias figuras jurídicas y fiscales, perfectamente delineada, pero difícil de rastrear por el número de empresas y organizaciones que operan para manejar sus recursos, obras apostólicas y de caridad, colegios y universidades.
Esta infraestructura será un reto para el delegado apostólico Velasio de Paolis y el equipo que lo apoyará para investigar los recursos y propiedades, así como la labor que realizan para financiar sus obras.
Con visión empresarial y para blindar sus recursos, en territorio mexicano la congregación dio prioridad a la creación de 148 inmobiliarias, por considerarlas más rentables, sistema que utilizan para manejar los inmuebles del Regnum Christi y sus obras de apostolado, como las casas de las consagradas y sus casas de retiro.
Documentos en poder de MILENIO detallan que, además de las inmobiliarias, también establecieron sociedades civiles, aproximadamente 128, así como 11 asociaciones civiles y cinco instituciones de asistencia privada, de éstas cerca de 100 organizaciones pueden recibir donativos nacionales y algunas del extranjero, exentos de impuestos.
En los últimos años el emporio de la Legión se expandió y tienen propiedades en zonas exclusivas, de ahí que sus recursos en el país sean millonarios. Tan sólo en los terrenos donde se ubica la Universidad Anáhuac del Norte el precio por metro cuadrado oscila entre 14 mil 500 y 17 mil 200 pesos; en Ciudad Satélite, donde tienen el Colegio Maddox y casas de consagradas, alcanza los 13 mil 889 pesos.
En busca de afianzar su dominio en la educación y de ser los pastores de la clase alta, enfocaron su crecimiento en las ciudades donde se registra un mayor desarrollo económico del país, por eso las entidades que albergan sus principales colegios y universidades son: Estado de México, Nuevo León y el Distrito Federal. Otros como Tamaulipas, Oaxaca y Chiapas su presencia aún es incipiente.
La estrategia del crecimiento de la Legión se ha basado en la educación, según L’Observatore Romano (diario oficial del Vaticano) los Legionarios de Cristo tienen en México 150 colegios, 21 institutos superiores y nueve universidades.
Por eso la mayoría de sus propiedades están registradas para sus colegios, institutos y universidades, pero las operan a través de las inmobiliarias.
Manejo de bienes raíces
Como apoyo para la organización y administración de las obras e instituciones, la Legión y el Regnum Christi crearon a escala internacional el Grupo Integer, con el fin de lograr en ellas procesos eficientes y servicios de alta calidad aplicando los principios de la doctrina social de la Iglesia. Entre las fundaciones que manejan están Altius y Un kilo de Ayuda.
Algunas de las inmobiliarias de la orden son: Apizaco SA de CV, que opera el inmueble del apostolado de los Legionarios en Aguascalientes; Instituto Cumbres de León, Guanajuato; Casa de Retiro-Descanso, en Cuernavaca; Inmobiliaria Peña Castillo SA de CV, que opera el Colegio Cumbres en Lomas de Chapultepec, y el Colegio Oxford y Colegio Eduardo de la Peza (Mano Amiga Tizapán), todos en el DF.
El actual secretario de Economía, Bruno Ferrari, durante su estancia en el DF fue representante legal de la administración territorial de los Legionarios de Cristo. En días pasados el funcionario aseguró no tener vínculos con esa congregación y descartó haber sido gestor de sus fortunas. Señaló haber conocido a Maciel sólo en actividades de asistencia.
Ferrari representó a la Legión para la adquisición de cuatro terrenos en Monterrey ubicados en Polígono No. 6 y No.5, Loma Larga; Lotes 10 y 11, Residencial Balcones del Carmen, cuyas escrituras se encuentran en la Notaría 123, de Eduardo Manautou. Y otro más en Lomas Anáhuac, manzana 13, lotes 14 y 15, copia de escritura en la Notaría 181 del DF, de Miguel Soberón.
