El Gobierno alemán defenderá la zona euro con convicción y la sociedad alemana entenderá ese esfuerzo. Pero hay una clara línea roja: "las medidas que socialicen la deuda europea no son una opción". Así resume la posición del Ejecutivo alemán en la tormenta sobre la zona euro el liberal Werner Hoyer (Wuppertal, Düsseldorf, 1951), ministro de Estado para Europa -un cargo con asiento en el Consejo de Ministros federal-, quien en una entrevista concedida en Madrid también subraya que Berlín seguirá insistiendo en pedir la retirada de Europa de las bombas nucleares tácticas.
Pregunta. ¿Está la sociedad alemana cansada de hacer sacrificios en favor de otros países miembros de la UE?
Respuesta. No estoy tan preocupado. Naturalmente, si uno pregunta a la gente si le gusta hacer sacrificios, la respuesta es negativa. Pero si se pone el asunto en un contexto más amplio las cosas cambian, porque la gente en mi país sabe qué tipo de beneficio es el proceso de integración europea y sabe que el euro es el corazón de ello. Por otra parte, naturalmente, la gente se da cuenta de que algunas cosas no son justas. En vista de nuestra situación demográfica estamos forzados a extender la vida laboral hasta los 67 años para alcanzar la pensión. La gente se pregunta cómo es que la UE apoya a países en los que ni siquiera es posible elevar la edad de pensión de 58 a 60 años. Esto es una historia diferente, pero con todo yo soy optimista.
P. ¿Hay condiciones que harían aceptable para el Gobierno alemán la ampliación del fondo de rescate europeo?
R. Creo que en el plazo de un mes necesitamos tomar decisiones. No quiero mencionar ninguna decisión anticipada, por ejemplo el fondo o la adquisición de bonos, ahora es demasiado pronto. Tenemos que discutir sobre un paquete conjunto de medidas. Tenemos que evitar cualquier medida que permita que los ataques contra el euro puedan tener éxito.
P. ¿La creación de eurobonos es una propuesta ya descartada por el Gobierno alemán?
R. No es una opción. Eso quitaría los incentivos para conseguir la estabilización nacional en los países afectados y al mismo tiempo socializaría la deuda pública a escala europea.
P. Su Gobierno está presionando, junto con otros países, para la retirada de las bombas nucleares tácticas desplegadas en Europa. Esta postura es divergente con la de Estados Unidos y Francia.
R. Ponemos esto en el contexto de la no proliferación. Después del gran éxito logrado por los presidentes Obama y Medvédev con el tratado Nuevo START firmado el año pasado, tiene lógica seguir en este proceso. Debe alertarnos la previsible incapacidad de los Estados de evitar que estas armas terminen en manos equivocadas. La lógica de las armas nucleares tácticas ya no tiene sentido. Desde un punto de vista militar, para mí, son completamente inútiles. Por tanto, si son más un riesgo que parte de la solución de un problema, tendríamos que deshacernos de ellas. Seguiremos impulsando este proyecto.
