Están creando negocios tres veces más rápido de lo que lo hace la mayoría blanca nativa o cualquier otra minoría étnica. Mientras que en promedio, el resto de la población crea nuevas empresas a una tasa del 11% anual, los hispanos lo están haciendo al ¡33%! Se trata de hispanos que han llegado a esas tierras, en la mayoría de los casos con muy pocos o ningún recurso, sin conocimiento de la lengua, pero con la firme decisión de construir una vida mejor y desarrollar los potenciales que nunca pudieron desarrollar en sus tierras de origen. Es gente que emigra huyendo de la pobreza y encuentra una oportunidad para hacerlo. La población hispana en Estados Unidos alcanza unos cuarenta y dos millones de habitantes, es decir 60% más grande que la población venezolana. Pero el producto, la riqueza que esa población crea anualmente gira alrededor de los ¡800 millardos de dólares!, es decir, aproximadamente 700% más que la venezolana. Dicho de otra manera, mientras que los venezolanos creamos un producto anual de unos 4,5 mil dólares por habitante, los hispanos en Estados Unidos están creando uno de 19 mil dólares. La economía de los hispanos en Estados Unidos está creciendo al 8% anual por lo que se prevé que en 2008 llegue al billón de dólares y duplique a la de México. Por esta razón, bien puede decirse que esa economía de los hispanos en los Estados Unidos (mayoritariamente latinoamericanos) es de las economías latinoamericanas más prósperas o quizás la más próspera de todo el continente.

Esa economía de los hispanos en Estados Unidos no está basada en precios petroleros altos o propiedad de algún recurso natural; tampoco en empresas públicas, controles de precios, desarrollos endógenos o invasiones de fincas y propiedades.

Esa economía está más bien basada en instituciones sólidas, buenas políticas públicas, confianza y mucho trabajo. Es simplemente otra manera de hacer la revolución, también por latinoamericanos, menos efectista pero más efectiva, sobre todo cuando se trata de dejar atrás la pobreza.