El gobierno dice una cosa y hace otra. Desequilibrios, perlitas, y contradicciones de una amnistía fiscal que contiene noticias más importantes en lo que no se dijo.
Al final una tarde apareció el equipo económico. Negaron la inflación y el atraso cambiario, y dijeron que del dólar ilegal no hablan. Pero lanzaron un megablanqueo en dólares para atraer a los miles de millones –también de dólares- de riqueza argentina que se ha ido al exterior por falta de confianza en el peso, y en este gobierno. Para ello crearon dos bonos, el Bade y el Cedin, destinados a inversiones energéticas e inmobiliarias.
El gobierno dio marcha atrás en la famosa y muy anunciada con bombos y platillos pesificación de la economía. Recordemos a Cristina promocionando la transferencia a pesos de sus depósitos en dólares, retando a Aníbal Fernández. Ahora hay dolarización pero sólo para los que tienen “guita negra”.
Repitieron un vicio argentino de decenas de años, el blanqueo de capitales. Muy Injusto para los que siempre pagan e irrelevante para la macroeconomía. Los evasores en general no “exteriorizan” nada, justamente porque son evasores.
Los funcionarios se mostraron agresivos, soberbios, cuando son los máximos responsables de haber llevado a la economía a un atolladero difícil de superar.
Los mismos que inventaron el cepo cambiario y el INDEC trucho ahora quieren que miles de inversores que tiene su plata en negro y en dólares confíen en ellos y los traigan al país para invertir en inmuebles y energía.
El blanqueo es una aspirina para nuestra enfermedad. La enfermedad es la inflación, el atraso cambiario y la desconfianza de los inversores y hay que decirlo con todas las letras, la mala praxis de un equipo económico que no genera confianza ni respeto, apenas un poco de miedo.
Todo gobierno tiene en algún momento la fantasía de recuperar los miles de millones de dólares negros que los argentinos tienen en el exterior y en el colchón para reactivar la economía. Siempre ha fracasado. Puede ayudar a mover el mercado inmobiliario, ojalá que así sea, y para que los más audaces se animen y blanqueen algo de su plata negra a costo cero, porque ni el impuesto al cheque van a tener que pagar.
¿Y los trabajadores que pagan religiosamente sus impuestos o directamente se los descuentan del bono de sueldo en porcentajes altísimos? ¿No merecen un trato igualitario al de los evasores beneficiados?
Si el gobierno quiere pesificar debe crear instrumentos en pesos, no en dólares. Dice una cosa y hace otra.
Algunos contrasentidos del blanqueo.
1. El bono para inversiones inmobiliarias será moneda de pago. Con ello admiten lo que negaban: el verdadero valor de la construcción es el del dólar “blue” que hoy llegó a diez pesos.
2. El blanqueo servirá a todos aquellos corruptos, narcotraficantes, tratantes de personas, y evasores, que hasta ahora no hayan sido detectados por el sistema. Es decir, los funcionarios pretenden diferenciar un dinero en negro de otro, pero la plata negra es siempre la misma.
3. El mismo gobierno que hizo un cepo feroz que destrozó la economía y expropió inversiones extranjeras, quiere que los argentinos que se llevaron 200.000 millones de dólares al exterior confíen en ellos.
4. La inflación y el atraso cambiario van a seguir.
5. Dicen que estamos solventes de reservas pero lanzan un blanqueo con caracteres de amnistía y aquí no se puede comprar dólares libremente.
6. Viven hablando de la fortaleza del modelo pero hoy Axel Kicillof admitió que la riqueza generada por los argentinos se ha ido afuera por falta de confianza.
7. Quieren confianza, pero le piden a la mafia por TV que traiga los dólares, guiñando un ojo a la cámara.
8. El gobierno que dice a través de su ministro de Economía que el dólar paralelo no le importa a nadie, demostró hoy que piensa, habla y anuncia en dólares paralelos.
9. El mejor oficio del mundo será el de testaferro de funcionarios corruptos. Podrán blanquear las coimas sin problemas.
10. El gobierno, con razón, persigue a empresas que usan paraísos fiscales y pide que argentinos den la cara y pongan sus dedos en la AFIP para blanquear sus ahorros y ganancias de esos mismos paraísos.