La cercanía con el final, también se manifiesta en las intervenciones de ciertos políticos de peso, como el senador don Manuel Bartlett, o el líder histórico del PRD, don Cuauhtémoc Cárdenas, y otros de calibre parecido, cuyas voces seguramente oiremos en los próximos días.

Es cierto que ha habido cambios significativos de los resultados de las encuestas sobre la intención del voto. Cambios que han favorecido, sobre todo, a don Felipe Calderón.

Sin embargo, aún no hay nada seguro; así lo sugiere el nerviosismo de todos los candidatos. Incertidumbre justificada porque las encuestas todavía pueden cambiar de resultado, o porque su poder predictivo falle ligeramente, lo que bastaría para cambiar el resultado que importa.

Además, no es el momento de descuidarse, sino más bien, de. "echar toda la carne al asador". Así: aumentan los spots; cambian y se van haciendo más refinados. Se realizan diversas acciones para llamar la atención del electorado, y sobre todo el tono de la campaña se va haciendo cada vez más agresivo. Sin duda, una evolución peligrosa.

En este intento de hacer todo lo que se pueda, se inscribe esta extraña a lianza política entre el PRD y el PRI. A cualquiera que haya leído las expresiones con las que cada uno de estos partidos acostumbraba referirse al otro, no le queda sino sorprenderse de que en cuestión de días el lenguaje entre ellos pasara a un tono mucho más neutral, y ambos partidos decidieran no ayudarse, pero sí mantener una campaña de crítica al presidente Fox, por su apoyo a la candidatura de Calderón y al propio PAN.

¿Por qué esta alianza? Quizás simplemente para abrir un frente más hacia el enemigo común. O, para tomar desprevenido al contrario, pues posiblemente el PAN no imaginó que sus dos adversarios podían unirse contra él. Con todo, no pareciera que esta alianza pueda cambiar, por sí misma, el resultado de la elección. Es más, aunque hoy no lo conozcamos, es probable que el resultado de esta elección ya casi está decidido, pues es previsible que la inmensa mayoría de los que sí van a votar, ya saben por quién lo harán. Los indecisos que queden probablemente sean pocos.

La mayoría de los votos indecisos deben estar en el PRI. Así, el juego de AMLO con la alianza política PRI-PRD, podría ser el obtener para el PRD una mayor proporción del voto útil existente en el Revolucionario Institucional.

Al hacer esta alianza hará ver al votante indeciso del PRI, que el PRD está más cerca de su partido. Se trataría así, de un episodio más de la lucha por el votante del centro.

¿Qué puede perder AMLO con esta alianza? Muy poco. No esperaba tener votos de panistas arrepentidos y menos con el PAN por delante. Algunos miembros de su partido se sentirán defraudados, pero no se irán a votar por el PAN. Probablemente votarán por AMLO, de todas maneras.

El juego del PRD y aliados está claro, pero ¿cuál es el juego del PRI? Más precisamente, ¿cuál es el juego de Madrazo, al aceptar esta alianza? Porque, al contrario del PRD, en su caso no es de esperar que haya muchos votantes indecisos en el PRD, o sus aliados y simpatizantes, que el PRI pudiera cooptar.

Las respuestas a esta pregunta podrían ser que Madrazo se está preparando para dar la pelea jurídica y política, por si pierde a manos del Partido Acción Nacional.

A lo mejor, si el PRD gana, haber hecho la alianza, posiblemente le facilite a Roberto Madrazo llegar a un "entente" con el ganador. También podría pasar que el PAN, urgido de asegurar la victoria, busque la colaboración del Revolucionario Institucional. Si ésta ocurriera, Madrazo podría poner un mayor costo a su alianza con Acción Nacional, puesto que le costaría mucho abandonar su trato con el PRD. La moneda está en el aire, y muchas cosas pueden pasar.

carlos.bazdresch@cide.edu

Profesor, investigador del CIDE