Las sucesivas capturas de dirigentes del Cártel del Golfo en los últimos años han alimentado las pugnas internas y el acelerado debilitamiento de la otrora poderosa organización delincuencial. De acuerdo con especialistas, su zona de influencia es estratégica para el trasiego de drogas a Estados Unidos, por lo que otras bandas se la disputan con todo su poder de fuego: Los Zetas, que pelean por ella a tiros, y el grupo del Chapo Guzmán, que entró en la región gracias a una alianza con los golfos.
REYNOSA,
TAMPS.- Luego de la captura de Eduardo Costilla, El Coss, y de Mario Cárdenas
Guillén, el Cártel del Golfo (CDG) ya no operaba como una organización
centralizada sino como una “federación de feudos” debido a las pugnas internas
que aquejan a este grupo criminal, lo hacen perder influencia cada día y lo
debilitan frente a sus rivales.
Incluso
ahora sus embestidas contra Los Zetas dependen de la alianza del CDG con el
grupo de Joaquín El Chapo Guzmán –el Cártel de Sinaloa–, el cual gana poder e
influencia tras la detención de Mario Ramírez Treviño, Comandante X-20, Mario
Pelón o El Pelón.
Fuentes
militares y un exintegrante del CDG señalan lo anterior y agregan que El Pelón
no fue capaz de imponerse como líder absoluto de la organización. Lo que sí
pudo hacer, dicen, fue ampliar la zona de influencia del cártel a Monterrey y a
dos municipios de la frontera tamaulipeca: Miguel Alemán y Río Bravo.
“El
Cártel del Golfo ha sido el grupo que más influencia ha perdido en los últimos
años debido principalmente a sus divisiones”, asegura un exmiembro de ese
grupo, quien aceptó hablar con Proceso a condición de mantener el anonimato.
Precisa
que las pugnas entre sus dirigentes han dañado más al CDG que los ataques de
Los Zetas o las capturas que han realizado los militares.
La
peleas entre sus líderes han hecho que ese cártel pierda poder y ahora sólo
controla realmente tres ciudades de Tamaulipas y una de Nuevo León: Matamoros
(cuna del grupo y controlada por la familia Cárdenas), Tampico (dominada por
una facción que tenía serias diferencias con El Pelón), Reynosa y Monterrey,
donde le arrebataron zonas estratégicas de la ciudad a Los Zetas.
Historia
antigua
Las
pugnas internas comenzaron en 2003, inmediatamente después de la captura de
Osiel Cárdenas Guillén, confesó el año pasado Rafael Cárdenas Vela, El Junior,
en una comparecencia ante la Corte del Sur de Texas, en Brownsville, durante el
juicio contra Juan Roberto Rincón Rincón, El X-5 o El Primo, exjefe de la plaza
de Río Bravo del CDG.
El
Junior contó que en 2010 El Coss quedó al mando de la organización luego de la
muerte de Ezequiel Cárdenas, Tony Tormenta. Cárdenas Vela incluso acusó a
Eduardo Costilla de haber filtrado a la Armada la ubicación del capo –refugiado
en una casa en Matamoros– ejecutado por los marinos.
Cárdenas
Vela –sobrino de Tony Tormenta y de Osiel Cárdenas Guillén– también dijo que en
marzo de 2011 él mismo se hizo cargo de la plaza de Matamoros con respaldo del
Coss, pero éste tenía a sus capos “favoritos”, entre ellos José Luis Zúñiga
Hernández, El Güicho, y Juan Roberto Rincón, El X-5.
Cuando
El Junior tomó el control de Matamoros corrió de la plaza al Güicho, lo que
ahondó la división en el cartel. Zúñiga huyó a Estados Unidos en octubre de
2011 junto con Rincón Rincón. Al cruzar la frontera fueron detenidos por
agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas cerca del puente
internacional de Los Indios.
Después
Cárdenas Vela y El Pelón –entonces libre– investigaron el asesinato de Samuel
Flores Borrego, El Metro-3 (cabeza de Los Metros –uno de los subgrupos del
cártel– y quien aspiraba a dirigir el CDG), ocurrido el 2 de septiembre de 2011
y también atribuido al Coss. “Fue su culpa que lo mataran”, dijo El Junior ante
los fiscales.
Las
pugnas del cártel también obligaron al Junior a huir de Matamoros y refugiarse
en la vecina Brownsville, Texas; las Fuerzas Armadas descubrían y atacaban
constantemente sus refugios y él estaba seguro de que El Coss filtraba sus
ubicaciones.
El 19 de
octubre de 2011 El Junior fue detenidos por una nimiedad: una infracción de
tránsito en la texana Isla del Padre. Se declaró culpable de poseer y
distribuir narcóticos y negoció que le retiraran los cargos de lavado de dinero
e inmigración ilegal.
Las
divisiones siguieron y el pasado 10 de marzo tuvo lugar en Reynosa una más de
las batallas entre los dos grupos del CDG que se disputan el control de esa
plaza, estratégica para el trasiego de enervantes a Estados Unidos.
Las
facciones leales al Pelón se enfrentaron durante unas tres horas con sicarios
de Miguel El Gringo Villarreal, otro capo en ascenso y oriundo de Texas; el
tiroteo terminó con un saldo de unas tres decenas de muertos. Esa noche la
ciudad fue un caos debido a numerosos bloqueos viales y a los enfrentamientos
protagonizados por sicarios que se desplazaban en convoyes de hasta 20
camionetas.
“Los
enfrentamientos iniciaron cuando Mario Pelón dio la orden a sus estacas de
borrar todos los vestigios del Gringo Villarreal y les prometió que todo lo que
incautaran sería botín de guerra”, contó una fuente de la policía mexicana al
diario The Monitor, de McAllen, Texas.
En la
actualidad el CDG está fraccionado en tres grupos: El que comandaba Mario Pelón
en Reynosa; el de Matamoros, dirigido por Homero Cárdenas, y el poderoso bando
de Tampico, que encabeza el Comandante 14, quien pretende la dirección absoluta
del cártel y presuntamente es apoyado por los matamorenses.
Trascendió
que la captura del Pelón derivó de información filtrada al Ejército por las
fracciones de Matamoros y Tampico.
La mano
del “Chapo”
Por su
parte oficiales de la IV Región Militar consideran que la ofensiva del CDG
contra Los Zetas en Coahuila, Tamaulipas, San Luis Potosí y Zacatecas es
posible sólo gracias a su alianza con el Cártel de Sinaloa.
Este año
los sicarios del CDG y del Chapo Guzmán arreciaron sus ataques contra Los Zetas
en Fresnillo, Guadalupe y Sombrerete, Zacatecas. El escenario se repite en
algunas zonas de Coahuila, donde buscan arrebatarles plazas estratégicas como
Torreón o Saltillo.
Pero las
batallas más frecuentes y sanguinarias ocurren en Tamaulipas, principalmente en
la zona central del estado.
En
semanas recientes han ocurrido enfrentamientos y asesinatos masivos en
municipios como Victoria, El Mante, Jiménez, Abasolo e Hidalgo. Incluso en la
región de Jiménez-Abasolo alrededor de 600 ejidatarios tuvieron que abandonar
sus tierras y viviendas por las continuas balaceras y ataques directos a la
población.
En El
Mante la ofensiva contra Los Zetas –que aún controlan esa plaza– la encabeza el
grupo del Chapo.
El exintegrante
del CDG entrevistado por este semanario asegura que sin el apoyo del Cártel de
Sinaloa, aquélla organización no tendría capacidad de fuego contra su exbrazo
armado y que si siguen sus divisiones y su debilitamiento, terminará por
convertirse en un apéndice del grupo del Chapo Guzmán.