¿Cuál es la manera más rápida de aumentar la riqueza de una nación? Aumentar la inmigración de personas preparadas.
¿Cuál es la manera más rápida de aumentar la riqueza
de una nación?Aumentar la inmigración de personas preparadas.
El valor actual de todo el capital físico de, por
ejemplo, Estados Unidos, como ser fábricas y edificios, es de alrededor de $45
billones. Pero el valor de todo el capital humano es 16 veces mayor a eso
—alrededor de $740 billones. La inmigración agrega capital humano a
EE.UU. de la forma más barata.
El potencial humano que
crea riqueza se ve reflejado en las historias de individuos que superaron
adversidades para lograr avances en el conocimiento científico, crear una
empresa o una deliciosa receta nueva.
Por ejemplo, Sergey Brin, co-fundador
de Google, una empresa tan conocida que su nombre se ha
convertido en un verbo, llegó al país como un refugiado de la ex Unión
Soviética. Es poco probable que hubiese creado junto con su
compañero, Larry Page,Google en la Unión Soviética
comunista o en la caótica Rusia actual (donde los empresarios
como Mikhail Khodorkovsky son encerrados como resultado de un
capricho).
Luego están los numerosos químicos alemanes que
huyeron de la Alemania Nazi previo al Holocausto.
Ellos impulsaron un renacimiento industrial que eventualmente aumentó la
innovación en la industria química de EE.UU. hasta alrededor de 10 por ciento,
según un estudio de los economistas de las Universidades de Stanford y Warwick.
No son solamente los inmigrantes más preparados
quienes innovan y contribuyen a la riqueza de una nación. Alfredo
Quiñones-Hinojosa creció en el pueblo de Palaco, México. Como dijo en
la radio, “literalmente necesitaba comida. Mi estómago estaba vacío”.
Como no había una manera legal para que Quiñones-Hinojosa emigrara legalmente,
cruzó la frontera clandestinamente y trabajó en el sector agrícola.
Eventualmente, logró graduarse de un instituto terciario, la Universidad
de California en Berkeley y, finalmente, la Escuela de Medicina
de la Universidad de Harvard.
Con el tiempo, Quiñones-Hinojosa se convirtió en un
ciudadano y hoy dirige el programa de tumores cerebrales en el Centro
Médico Bayview de la Universidad Johns Hopkins, especializado en
tratamientos quirúrgicos avanzados para una variedad de tumores cerebrales y de
espina dorsal.
Las innovaciones en los alimentos muchas veces
empiezan con una infusión de talento, especias y habilidades extranjeros. El
japonés Nobuyuki Matsuhisa o “Nobu”, un
empresario en el sector de los restaurantes, es un ejemplo de esto. Como
escribió el crítico de comida S. Irene Virbila, “el canon de fusión
elegante del sushi [de Nobu] ha influido en una generación (y es probable que
sean incluso dos generaciones) de chefs de sushi alrededor del país”. Nobu
obtuvo su experiencia en Japón y Perú antes
de elegir EE.UU. como la base para su empresa mundial de restaurantes.
Asimismo, existen desventajas al espantar al
capital humano.
Un ejemplo notorio de esto es el del inmigrante
chino Qian Xuesen, quien obtuvo su Ph.D. de Cal Tech en
1939. Durante la Segunda Guerra Mundial, Xuesen trabajó para desarrollar un
cohete que pudiese competir con el V-2 de la Alemania Nazi.
En 1950, Xuesen fue
acusado de ser un comunista. Sin
evidencia, perdió todos sus permisos de seguridad. Se le negaron todas las
oportunidades de trabajo en EE.UU; él intentó irse pero fue detenido e
intercambiado por pilotos estadounidenses asesinados durante la Guerra
de Corea. El gobierno de EE.UU. lo envió a China, donde diseñó sistemas
de misiles. El Subsecretario de la Marina de EE.UU. Dan A. Kimball,
que conocía a Xuesen personalmente, dijo “Fue la cosa más estúpida
que este país alguna vez hizo. El no era más comunista que yo, y lo obligamos a
irse”.
Si cada país permitiese que florezca el libre mercado
tanto como en EE.UU., el mundo no se perdería de gran parte de las
innovaciones. Pero, dado que gobiernos predatorios dominan gran parte del
mundo, los inmigrantes innovadores necesitan que se les permita llegar a
lugares relativamente libres como Norteamerica, o sus talentos serán
desperdiciados —para desgracia de todos.
Un sistema racional de inmigración que permita que las
personas trabajadoras vengan a EE.UU. legalmente puede agregar a nuestro
capital humano —y expandir nuestra economía.