Aníbal Fernández controló durante años las fuerzas de seguridad interior de la Argentina. Perdió su influencia en el Gobierno después de que la presidenta Cristina Kirchner descubrió que le había ocultado la responsabilidad de la Policía Federal en dos muertes durante los incidentes por la ocupación del Parque Indoamericano de Buenos Aires, en el ya lejano diciembre de 2010. Una frase poco feliz del entonces jefe de Gabinete en una entrevista con el diario 'La Nación' ("yo todavía manejo la botonera") parecía haber hecho entonces de Fernández un funcionario sin regreso para la presidenta. Pero de todo se vuelve en la política argentina.

Cristina Kirchner lo rescató en diciembre pasado de su banca en el Senado y lo nombró secretario de la Presidencia. Y en febrero, Aníbal -como se lo conoce aquí- regresó a la jefatura de Gabinete, el segundo cargo ejecutivo en importancia en Argentina. Todo en su sitio otra vez.

Qué razones llevaron al "indulto" de Fernández son una incógnita, pero la presidenta volvió a recurrir a él en junio pasado para animar la interna peronista por la gobernación de la poderosa provincia de Buenos Aires. La provincia, un distrito de la superficie de Italia, concentra nada menos que el voto de cuatro de cada 10 argentinos. La interna se definirá este domingo, jornada de primarias nacionales que incluirá la elección de los candidatos a presidente.

Según los analistas de opinión, sobre Aníbal F. recaen dos certezas: es un dirigente ampliamente conocido por el electorado, mucho más que su adversario en la interna, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez. Pero tiene muy mala imagen.

Y aquí llegamos al punto. La asociación de Aníbal Fernández con el negocio de la droga ha sido algo incomprobable pero asumido con cierta naturalidad en el discurso público de reconocidos dirigentes de la oposición. "Es el jefe del narcotráfico en la Argentina", reiteró ayer la diputada Elisa Carrió, precandidata a presidenta por el frente opositor Cambiemos. "Yo vengo diciendo que Aníbal es más droga. Tiene que dar explicaciones tanto en la justicia como ante la gente", le apuntó el ex gobernador bonaerense y otra vez candidato al cargo por el Frente Renovador, Felipe Solá.

La denuncia de un convicto que purga cadena perpetua es una piedra difícil de levantar en el camino de Aníbal F. a la gobernación bonaerense. La acusación comprende desde vínculos con el tráfico de efedrina y con un cartel mexicano hasta responsabilidades en el triple crimen de General Rodríguez, un caso relacionado con el narcotráfico que conmocionó a la Argentina la década pasada. Uno de los muertos, el empresario Sebastián Forza, había aportado de fondos para la campaña electoral de la entonces candidata a presidenta Cristina Kirchner.

El jefe de Gabinete es el vocero de cada mañana de las cuestiones del Gobierno. Autor de un 'best-seller' ("Zonceras argentinas y otras yerbas") prologado nada menos que por la Presidenta, Aníbal Fernández es un hombre de reconocida facilidad de palabra, a quien no le asusta frecuentar los límites del discurso. Pícaro en la tradición gauchesca, Aníbal ha sido el dirigente siempre invicto, el dueño de todas las respuestas. Hasta ahora.

Walter Curia es periodista argentino, autor de 'El último peronista. La cara oculta de Kirchner'.