Monzón desapareció el 16 de abril, tras acompañar a la entonces vicepresidenta, Roxana Baldetti, a Corea del Sur como su secretario privado, el mismo día que la Fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala destaparon «La Línea».
Juan
Carlos Monzón, el supuesto «cerebro» de la red de sobornos aduaneros que tumbó
al Gobierno de Otto Pérez Molina, se ha entregado este lunes a la justicia
guatemalteca después de pasar seis meses en busca y captura.
Monzón
ha llegado de madrugada a la Torre de Tribunales para ponerse a disposición del
titular del Juzgado B de Mayor Riesgo, Miguel Ángel Gálvez, que le señala como
uno de los cabecillas de «La Línea». Se espera que comparezca en las próximas
horas, según «Prensa Libre».
Monzón
desapareció el 16 de abril, tras acompañar a la entonces vicepresidenta, Roxana
Baldetti, a Corea del Sur como su secretario privado, el mismo día que la
Fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG)
destaparon «La Línea».
Baldetti
explicó que aunque Monzón la acompañó a Corea del Sur en el ejercicio de su
cargo público, le pidió que le permitiera realizar ciertas gestiones para sus
empresas privadas, de ahí que no volvieran a la vez.
«Lo
llamé y le dije: "estás destituido como secretario privado. Te exijo que
regreses lo antes posible a ponerte a disposición de los tribunales de
Guatemala y que no sea más de 24 o 48 horas para ello"», contó Baldetti en
su momento.
Las
autoridades guatemaltecas han estado tras su pista desde entonces, llegando a
pensar que había salido del país centroamericano. El 30 de septiembre, agentes
del Ministerio Público y de la Policía registraron varias de sus propiedades
inmobiliarias.
La línea
La trama
en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) se destapó gracias a
unas escuchas practicadas durante meses por la CICIG y la Policía, según las
cuales había una estructura criminal encargada de cobrar sobornos en las
aduanas para favorecer la importación de ciertos productos y evitar el pago de
impuestos a otros.
Las
escuchas practicadas a los sospechosos revelaron que los líderes de esta trama
de corrupción eran un hombre y una mujer a quienes los interlocutores se
referían como «el uno» y «la dos», entre otros alias, lo que recondujo la
investigación hacia Pérez Molina y Baldetti.
«La
Línea», junto a otros muchos casos de corrupción, derrumbó al Gobierno de Pérez
Molina. Baldetti y varios de sus ministros fueron dimitiendo a cuenta gotas y
el presidente tuvo que hacerlo el pasado 3 de septiembre, tres días antes de
las elecciones.