Una de las bandas criminales que participó en el sangriento altercado al norte del país ha asfixiado a algunos de los reclusos que eran transferidos de Altamira a la prisión de Maraba.
Cuatro presos que participaron en la masacre que dejó al
menos 58 muertos en una cárcel de Altamira, en el norte de Brasil, fueron
asesinados en el interior de un autobús mientras eran transferidos a otro
centro penitenciario de la región, informaron este miércoles fuentes oficiales.
De los 30 reclusos que partían hacia el pena de Marabá, cuatro fueron
asfixiados al parecer por una facción criminal que orquestó el ataque en
Altamira, según un comunicado de la Secretaría de Seguridad Pública y Defensa
Social (Segup) del amazónico estado de Pará. Las autoridades solo se dieron
cuenta de los crímenes al llegar a Marabá.
El 'camión' en el que fueron trasladados tenía capacidad
para 40 personas pero no estaba equipado con celdas individuales para cada uno
de los internos, ya que la Gobernación no dispone de este tipo de vehículos, de
acuerdo con la nota.
Los otros 26 presos que se encontraban en el vehículo
fueron distribuidos en celdas de aislamiento del centro penitenciario de
Marabá. "Las razones de este hecho lamentable están siendo
investigadas", añadió la Secretaría de Seguridad de Pará.
Una cruenta batalla desatada el lunes en el interior del
Centro de Recuperación Regional de Altamira, librada entre dos bandas
criminales, dejó un total de 58 presos muertos. Dieciséis de ellos fueron
decapitados y el resto murió debido al humo que se propagó por el complejo
después de que los atacantes prendieran fuego a un pabellón.
Tras la tragedia, la Gobernación de Pará puso en marcha
la transferencia de 46 presos por su implicación en el suceso hacia otras
penitenciarias de la región.
El ministro de Justicia de Brasil, Sergio Moro, autorizó
el envío de agentes federales para que intervengan y actúen en las cárceles de
Pará durante 30 días. Esta fue la segunda gran matanza en el interior de una
cárcel brasileña en apenas dos meses, después de la otra registrada a finales
de mayo en el vecino estado de Amazonas, en otro enfrentamiento entre
integrantes de un mismo grupo delictivo que dejó 55 muertos en 48 horas.