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17/10/2006 | En India, los terroristas son vistos como posibles votos

Swaminathan S. Anklesaria Aiyar

La simpatía occidental por India fue grande en julio cuando los terroristas islámicos explotaron siete bombas en Mumbai, la capital comercial de India.

 

Pero esa simpatía puede que se convierta en asombro cuando las audiencias occidentales sepan que varios partidos políticos en India están cortejando a grupos musulmanes para mejorar sus prospectos electorales.

La sistema policiaco-judicial del país está agonizando. Nadie con recursos económicos parece ser condenado a más allá de todas las apelaciones. Muchos de los acusados se han muerto por la vejez antes de haber vencido todas las apelaciones. 

Las primeras explosiones de bombas en Mumbai ocurrieron en 1993. El argumento en contra de los 123 acusados se ha prolongado por más de 13 años, a pesar de ser escuchados por una corte especial para procedimientos de paso acelerado. Los sospechosos de las últimas explosiones en septiembre puede que también esperen 13 años para recibir un veredicto de la corte. Las organizaciones musulmanas dicen que muchos de los arrestados por el incidente de 1993 serán declarados inocentes. Pero algunos de ellos han estado encerrados por 13 años, y muchos saldrán de ahí como presa fácil para los terroristas.

Una consecuencia de la justicia moribunda es que los criminales han entrado a la política en manada. Los hombres fuertes pueden proveer fondos electorales y capturar los puestos de votación. Si ellos no pueden ser encarcelados, entonces se convierten en ganadores de votos, atraídos por los partidos políticos. Un ex supervisor electoral estimó que 40 miembros del parlamento y 700 miembros de las legislaturas estatales tenían casos criminales pendientes. Ningún partido político promueve la reforma policíaca-judicial porque sus propios legisladores podrían ser las primeras víctimas.

La politiquería ha convertido a la policía de agencias de detección criminal a una herramienta políticas. Los principales ministros de los estados muchas veces arrestan a los líderes de la oposición con una lista de acusaciones que nunca terminan en una convicción. Cuando los partidos de la oposición llegan al poder, ellos se vengan. Por lo tanto, los ciudadanos ven al proceso policiaco-judicial como un teatro en vez de cómo un sistema de justicia.

Las elecciones de India son ganadas y perdidas con diferencias de tan solo 1% del voto, por lo que los partidos cínicamente atraen cualquier grupo de votos posible, incluyendo aquellos liderados por criminales acusados. Los retrasos legales aseguran que el acusado se morirá de vejez antes de ser condenado, por lo que los partidos políticos virtuosamente insisten que estos sean considerados inocentes hasta que se compruebe su culpa. Esto es un principio correcto en países en los que gran parte de los criminales son condenados. Pero es una licencia para la delincuencia en un país en el que nadie con recursos económicos es condenado aun después de todas las apelaciones.

Habiendo atraído a los criminales, el próximo paso lógico es que los partidos políticos atraigan a los terroristas también. Estos también puede que atraigan suficientes votos para ganar algunos distritos. De hecho, mientras mas se centralice la política de India, más terroristas de todo tipo se volverán políticamente atractivos. ¿Por qué encarcelar a un terrorista que podría ganar la próxima elección? Mejor mantenerlo de su lado, de otra manera sus seguidores puede que voten por la oposición.

Esto no es una especulación irrelevante. En Uttar Pradesh, el estado más grande de India, un ministro musulmán, Ají Qureshi anunció una recompensa de $10 millones para cualquier persona que decapite al caricaturista danés que representó al profeta Mohamed. Esto fue una provocación de asesinato y terrorismo, aún así el fue completamente apoyado por el principal ministro, quien necesita la mayor cantidad posible de votos musulmanes para la elección a nivel estatal del próximo año. El principal ministro también eliminó la prohibición de un movimiento islámico militante, El Movimiento de Estudiantes Musulmanes de India.

En el estado sureño de Tamil Nadu, Abdul Nasser Mahdani, un funcionario acusado en 1998 de la explosión en Coimbatore, está siendo cortejado por el partido que gobierna actualmente, el DMK y el partido Comunista (Marxista). Ellos buscan el apoyo de su partido, el Partido Demócrata Popular, liderado por él luego de que su anterior partido islámico SAVAK Sangh fue prohibido. El DMK recientemente ha ordenado a la policía que libere a seis musulmanes arrestados por causar daños a templos Hindúes.

Dejando la política a un lado, los largos retrasos (como en los casos de las explosiones de Mumbai y de Coimbatore) pueden provocar conflictos entre hindúes y musulmanes. Si la ley no puede resolver rápidamente y condenar a los individuos musulmanes que son terroristas, las masas hindúes estarán tentadas a descargar su venganza en toda la comunidad musulmana. Y las masas musulmanas responderán.

¿Qué reformas policiaco-judiciales necesita india? Primero, necesita una Comisión de Policía independiente similar a la Comisión Electoral, con un personal de nacionales para investigar y procesar los actos criminales. Esta función debe ser removida de las manos de los políticos. Los gobiernos estatales pueden tener fuerzas separadas para mantener el orden público, pero las investigaciones criminales deberían ser la función de una fuerza policial autónoma y distinta. Aquello ayudará a remover a los criminales (y posibles terroristas) de las legislaturas y a colocarlos en las cárceles. Segundo, India necesita muchos más jueces, y procedimientos judiciales para asegurar decisiones rápidas. La justicia lenta es una justicia negada.

Tercero, India necesita de una ley que demande que los casos criminales en contra de los legisladores electos sean decididos antes que cualquier otro caso. Hoy, los criminales entran a la política para demorar casos en contra de ellos. Pero si se les da prioridad a estos casos, los criminales evitarán en lugar de buscar la política. Puede que hasta veamos que algunos sospechosos ministros de gabinete renuncien por miedo y retornen al crimen.

Swaminathan S. Anklesaria Aiyar es académico asociado del Cato Institute y un columnista del Times of India (India).

Traducido por Gabriela Calderón para Cato Institute.

El Cato (Estados Unidos)

 



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