La Unión Europea se pliega al este y fía el control migratorio al control de las fronteras exteriores. Inmigración, comercio, reforma de la Eurozona y brexit, en el menú de la cumbre de líderes europeos.
Brsuelas - La ausencia de los países de Visegrado (Hungría,
Polonia, República Checa y Eslovaquia) de la minicumbre
del domingo pasado en Bruselas restó confrontación al debate que más
envenena desde hace meses la agenda política de la Unión
Europea, el del asilo y la inmigración. La verdadera prueba de
fuego, sin embargo, tendrá lugar este jueves y viernes en Bruselas, en
una cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE que
apuesta por virar el foco hacia el blindaje de las fronteras exteriores y
alejar lo máximo posible a los inmigrantes y refugiados de las costas europeas. “La situación tiene que cambiar” y “eso significa garantizar
un control pleno de las fronteras exteriores de la UE”, sostiene el presidente
del Consejo Europeo, Donald Tusk, en su carta de invitación a los
líderes europeos. El polaco propone resituar la discusión y dejar en un segundo
plano la redistribución de solicitantes de asilo en la UE que tantos cismas
genera. “Una precondición para tener una política migratoria europea genuina es
que los europeos decidan efectivamente quien entra en territorio europeo.
Fracasar en este objetivo manifestaría nuestra debilidad y, sobre todo, crearía
la impresión de que Europa no tiene fronteras exteriores”, añade. La incógnita
es si el nuevo foco será suficiente para calmar las tensiones en Italia
y Alemania. “Sin ánimo de apuntarnos a una cosa u otra lo que es
incontestable es que además de gestionar la inmigración en Europa hay que
gestionar la emigración que llega a Europa. No se trata de sustituir uno por
otro”, sostiene un diplomático del sur.
Blindaje de fronteras: Países terceros y campos para
inmigrantes fuera de la UE
El borrador de conclusiones pone el acento en la necesidad
de evitar que se repita una crisis como la de 2015. Y para ello, además de
reforzar la vigilancia en las tres rutas migratorias del mediterráneo,
incluida la occidental –que llega a España y por la que han entrado este año
8.200 personas hasta mayo- propone cooperar más con los países de origen y
tránsito, como Marruecos, y apoyarlos incluso “financieramente”. A partir de
aquí entra en juego la nueva propuesta de crear “plataformas regionales
de desembarco fuera de Europa, si es posible junto con ACNUR y la OIM, para
cambiar el funcionamiento de las operaciones de salvamento y rescate”, sugiere
Tusk que justifica la idea porque ayudará a romper el modelo de negocio de los
traficantes. Una idea que se ha abierto paso entre las delegaciones europeas y
que ven con especial simpatía en el este de Europa. “Es algo que hay que tener.
Y estas plataformas tienen que estar fuera de la UE. Si estuvieran dentro
habría un efecto llamada”, defiende un diplomático de uno de los países de la
línea dura. El plan, asegura otro alto cargo, “está todavía en pañales”
pero la idea se ha abierto camino y será puesta a debate en la cena de los 28.
Sobre lo que no hay mención en el texto es sobre la posible creación de centros
“cerrados” en territorio europeo, sugerida por Francia y España, donde
desembarcar a las personas rescatadas en el mar y desde donde gestionar las
demandas de asilo. Fuentes diplomáticas no excluyen, sin embargo, que pueda
surgir en el debate.
Financiación para África: Más dinero para la inmigración
y más repatriaciones
Reforzar el control de las fronteras exteriores requiere
dinero. Tusk y los dirigentes europeos lo saben y el borrador de conclusiones
recoge el compromiso de seguir financiando la Facilidad con Turquía y
el Fondo para Africa. El texto no incluye cifras pero el objetivo
sería desbloquear los 3.000 millones que siguen pendientes en el marco del
acuerdo firmado con Ankara, debido al bloqueo de Italia, y otros 500 millones
al menos para los africanos. En paralelo, la intención es acelerar la repatriaciones
de inmigrantes irregulares reforzando el papel de Frontex. Según la
Comisión Europea el objetivo debería ser elevar la tasa de retorno (de los
inmigrantes que se devuelven a sus países) del 36,6% actual al 70%.
Reforma del asilo: el reglamento de Dublín, aparcado
El objetivo era cerrar en junio de 2018 un acuerdo sobre
la reforma del reglamento de Dublín, el mecanismo para gestionar el
asilo en Europa y según el cual el primer país de llegada es el lugar en el que
los demandantes de asilo están obligados a presentar sus solicitudes lo que
pone la presión en la primera línea del mediterráneo. El parche de los últimos
años –el sistema de cuotas obligatorio- fue un fracaso y las
negociaciones por desbloquear la reforma y lograr un sistema permanente que
funcione y evite de paso los movimientos secundarios –cuando los inmigrantes se
desplazan de un país a otro- ha quedado relegada. Las conclusiones, tal y como
pide Berlín, abren no obstante la puerta a que los Estados miembros tomen
“medidas administrativas y legislativas” para frenar esos posibles movimientos
secundarios.
La política comercial: prepararse para "el peor
escenario posible"
Aunque la inmigración será el plato fuerte de la cumbre, los
líderes europeos no pueden pasar por alto la entrada en vigor de los aranceles
al acero y aluminio europeo. El Consejo Europeo considera importante
demostrar que los líderes europeos cierran filas con la estrategia de la
Comisión Europea. La preocupación, sin embargo, es evidente y el presidente de
la UE urgirá a los jefes de estado y de gobierno a preparar la unión para hacer
frente a los peores escenarios posibles. “Pese a nuestros esfuerzos
incansables para mantener la unidad en occidente, las relaciones trasatlánticas
están bajo una inmensa presión debido a las políticas del presidente Trump”,
señala Tusk en su carta de invitación.
Eurozona y 'brexit': eurocumbre y reunión a 28 el viernes
La cumbre de finales de junio estaba llamada a cerrar
acuerdos sobre la reforma de la Eurozona y sobre el brexit.
Finalmente no ocurrirá ni lo uno ni lo otro. Ambos asuntos se abordarán en la
jornada del viernes. El borrador sobre el brexit admite que no ha habido
progresos sustanciales en relación a la frontera de Irlanda, exige
a Reino Unido claridad y propuestas factibles sobre la futura relación y urge a
los gobiernos europeos a prepararse para todas las eventualidades. Es decir,
para un posible fracaso de las negociaciones. En cuanto a la reforma de la
Eurozona, aunque junio era la fecha que se habían dado Angela Merkel y Emmanuel
Macron para pactar una ambiciosa hoja de ruta de reformas, el plan se
quedará a medio gas. Los gobiernos no se ponen de acuerdo y dejarán para
diciembre o sin fecha las grandes decisiones.