Del pretendiente a presidente eterno  y del ministro de Defensa  puede esperarse que quieran disminuir la gravedad de los hechos, pero no de la responsable de velar por el medio ambiente, quien llegó al ministerio precedida de buen prestigio profesional.

Si se sigue utilizando esta metodología, fusilarán a los habitantes de las costas del lago de Valencia, que protestan por el daño ocasionado a sus viviendas por el ascenso de las aguas, lo cual estaba anunciado desde hace mucho tiempo y existían recomendaciones técnicas para evitarlo.

También corren peligro los pescadores del lago de Maracaibo, quienes reclaman por la invasión de la lemna, situación que el Ministerio no ha podido resolver. Los cazadores furtivos deberían solicitar un programa de reconversión a guías turísticos para evitar ser cazados. Los campesinos que siembran en laderas susceptibles de erosión están expuestos a disparos que los hagan  rodar por las mismas.

Quienes lanzan basura a la calle deberían de ahora en adelante pensarlo dos veces para evitar el riesgo de pasar a formar parte de los desechos orgánicos. Los aficionados a pintar graffitis en las paredes están en peligro de enfrentar el paredón. En fin, los atropellos por parte de quienes deben velar por la paz y la seguridad del país ya no es solo en contra de quienes nos oponemos al régimen, sino que están  ampliando su radio de acción para pretender resolver problemas de orden administrativo de compe-tencia civil. 

Esta grave situación  lamentablemente deteriora la imagen de la Fuerza Armada y compromete al Alto Mando y a civiles cachucheros que sirven de celestinas al no  protestar por las violaciones a los derechos humanos. Por ello, debemos atrevernos a votar el 3D por quien ofrece restablecer el Estado de Derecho.

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