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06/11/2006 | NICARAGUA-Capítulo II de la guerra Chávez-Bush. Santa Claus viene de Caracas

Ángel Sastre

Los nicaragüenses acudieron ayer a las urnas para optar entre el sandinista Daniel Ortega, el hombre del presidente venezolano, y el liberal Eduardo Montealegre, apoyado por EE UU.

 

Las caóticas callejuelas de Managua amanecen desgastadas por la campaña. Los enormes carteles en rosa pastel con la imagen de Daniel Ortega empiezan a despegarse, mientras el suelo continúa cubierto de panfletos. Es el escenario de la encarnizada lucha de influencia protagonizada por Estados Unidos y Chávez. El primer asalto tuvo como escenario Perú, donde venció el antichavista Alan García al populista Ollanta Humala. En México las cosas no estuvieron tan claras porque la injerencia de Caracas fue menor, aunque también venció el hombre apoyado por EE UU, Felipe Calderón. Así pues, capítulo II de la guerra entre ambos países.


Entre injerencias de ambos países y candidatos apadrinados, los 3,6 millones de nicaragüenses habilitados para votar acudieron ayer en masa a las urnas para elegir a su próximo presidente. Los favoritos: Daniel Ortega, líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y el ex banquero multimillonario Eduardo Montealegre, de la derechista Alianza Liberal Nicaragüense. Ortega, conocido por sus adversarios como el «púgil» de Chávez, es a sus 61 años el que lídera los sondeos. El líder del FSLN gobernó el país de 1980 a 1990, una década marcada por la guerra abierta a la «contra», que dejó 30.000 muertos. Ahora el izquierdista ha dejado su traje militar y su discurso marxista y habla de Dios, prometiendo respetar empresas privadas además de fomentar la inversión con mensajes de reconciliación con EE UU, que apoyó a los «contras» que intentaron derrocar al sandinista.


«No estamos ante una elección normal latinoamericana, sino que estamos ante unos comicios que tienen componentes muy fuertes de la política de injerencia de EE UU en Nicaragua», señaló el comandante al depositar su voto en Managua.


Por su parte Montealegre, el candidato conservador que cuenta con el beneplácito de Bush se mostró entusiasmado y aseguró que «el pueblo de Nicaragua va a apoyar» a esta nueva opción política.


Según las últimas encuestas Ortega figura a la cabeza de la intención del voto, con un 33 por ciento de apoyo, seguido Montealegre y el ex vicepresidente José Rizo, ambos de centro-derecha. Aun así, Ortega no tendría el margen necesario para evitar la segunda vuelta. La ley electoral nicaragüense estipula que en primera vuelta ganará los comicios el que obtenga el 40% de los votos válidos, o el que alcance el 35% de los sufragios pero siempre que supere en un 5% al aspirante que figure en segundo lugar.


Durante la campaña, el miedo volvió a convertirse en arma arrojadiza. Los opositores al sandinismo han recuperado crueles escenas de la guerra civil. La implantación del servicio militar obligatorio a los 16 años fue una de las principales causas de la debacle de la revolución. La deuda externa (12.000 millones de dólares), la inflación (una tasa anual del 39.000%) y la corrupción pusieron fin al sueño revolucionario.


Tanto es así, que gente como Mauricio Rivera, de 36 años, que espera paciente una interminable fila en uno de los colegios electorales de Managua asegura que, si gana Ortega, lo primero que hace es sacar a su hijo del país. «A mí me sacaron de un cine en los 80, junto con los otros jóvenes que había allí, y me llevaron al servicio militar», se lamentó.


Más allá del resultado, el principal reto que deberá hacer frente el próximo presidente será atender los problemas sociales de uno de los países mas pobres del continente, atraer la inversión privada y generar empleo. Y es que según informes del Banco Mundial, el 70%de los 5,4 millones de nicaragüenses viven con menos de dos dólares al día, y el 35% está en la extrema miseria con ingresos inferiores a un dólar.

Santa Claus viene de Caracas

No es precisamente un secreto que el mandatario venezolano, Hugo Chavez, ha firmado un acuerdo con las alcaldías nicaragüenses sandinistas por el que les vende combustible a precios preferenciales, en unos momentos en que el país vive una auténtica crisis energética por la ausencia de suministros. Nicaragua no tiene ni gas ni petróleo. También mandó 8.000 toneladas de fertilizantes a bajo precio y se ganó la simpatía de muchos nicaragüenses de escasos recursos, al enviarlos a Cuba para que puedan realizarse cirugías en la vista. Por su parte, Montealegre, ha denunciado durante toda la campaña la intromisión de Caracas. «El único que está interviniendo en estas elecciones es Hugo Chávez, usando los recursos del petróleo para influenciar y hasta comprar la voluntad de los nicaragüenses a favor de Daniel Ortega».


«Chávez está regalando el 30 por ciento de la urea (fertilizante) que consume este país en un periodo de cuatro meses para distribuirla y regalarla a través de alcaldías sandinistas. Yo no veo que Estados Unidos o algún otro país que comparte los principios de la democracia occidental haga eso», añadió Montealegre.

La Razón (España)

 


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