Harris vino a tratar asuntos de migración, sÃ; la de centroamericanos que intentan entrar a su paÃs ilegalmente, pero también la de chips o cualquier otra tecnologÃa proveniente de China.
La conciencia nacional se centró ayer en una ‘mancha’ en
el pantalón del presidente Andrés Manuel López Obrador y eso distrajo de lo
relevante: México parece conectar los cables necesarios para contener el avance
de China en América.
No fue suciedad, sino el efecto luminoso de un reflejo o
de la luz proveniente de un foco instalado en el suelo lo que terminó llamando
la atención de la mayoría de la gente, dejando al margen el retorno del Diálogo
Económico de Alto Nivel, el DEAN, cuyo burocrático nombre resta todavía más
interés, pero noten el momento en el que regresa.
A la misma hora de la importante visita y a 4 mil
kilómetros del Zócalo y de la vicepresidenta Kamala Harris, los senadores de
Estados Unidos que parecían convertidos en dique de presidentes,
sorprendentemente aprobaron por abrumadora mayoría una legislación.
A partir de ésta, el gobierno de su país podrá invertir
casi 250 mil millones de dólares en investigación y desarrollo de nueva
tecnología y ciencia para entregar a empresas de su país, y de ese modo
impulsar la competitividad contra China.
La votación de 68 en favor y 32 en contra requirió de la
unión de demócratas y republicanos que votaron ayer con sentido de urgencia
para respaldar inversiones federales expansivas, incluso en la industria de los
semiconductores, cuya escasez vino a pegar hasta a Puebla en donde hicieron
falta para fabricar nuevos Jetta.
Del otro lado del río Bravo buscan la multiplicación de
una nueva generación de empresas como las que ya cambiaron al mundo, Google o
Facebook son ejemplos visibles de otros nombres que surgirán durante esta
década que avanza a una velocidad en la que cada año parece un lustro.
Más claro: entregarán dinero a habitantes y empresas de
su país que puedan generar una nueva economía. Más nueva que la de Amazon.
“Quien aproveche las tecnologías como inteligencia
artificial y la computación cuántica y las innovaciones que aún no se han
visto, darán forma al mundo a su imagen”, dijo el senador Chuck Schumer, citado
por The New York Times.
Pero el funcionamiento de la economía del país vecino
depende de lo que puede aportar México, necesariamente.
El DEAN retomado ayer a partir de la visita de Kamala
Harris, nació en mayo de 2013, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto y el
de su contraparte Barack Obama, en días en los que el actual presidente Joe
Biden ocupaba la silla de la visitante de ayer en Palacio Nacional.
¿Su meta? Justamente la de consolidar el liderazgo
conjunto de ambas naciones en temas regionales y globales.
“El objetivo del DEAN es promover la competitividad de la
región y conferir una visión estratégica integral a los intensos vínculos
comerciales existentes entre ambos países”, expuso en su momento el gobierno al
detallar el acuerdo.
Sesiona anualmente y del lado mexicano lo conforman las
Secretarías de Relaciones Exteriores, la de Hacienda y Crédito Público, y la de
Economía.
Harris vino a tratar asuntos de migración, sí; la de
centroamericanos que intentan entrar a su país ilegalmente, pero también la de
chips o cualquier otra tecnología proveniente de China.
No es que México luzca ahora como candidato a fabricar
componentes indispensables como los microprocesadores. Ninguna de las
productoras que hace funcionar su smartphone o su consola de videojuegos tiene
contemplado traer a México una planta de manufactura de esos componentes.
Es una lástima, considerando que las inversiones en una
planta de chips ronda 10 mil millones de dólares, 10 veces más que una armadora
de vehículos.
Pero Microsoft sí invierte en México mil 100 millones de
dólares en tres centros de almacenamiento de información, como los que guardan
su email y sus datos del banco, y Google fortalece en el país su plataforma de
soporte en la nube. Esa infraestructura debe estar en países aliados con los
que exista buena comunicación.
Además, para que todo funcione, alguien tiene que seguir
fabricando pantallas en Jalisco o el Mustang eléctrico, por ejemplo, en
Cuautitlán.
México es parte del plan de defensa económica regional
estadounidense. Eso es más relevante que una mancha y hay que conceder que el
gobierno puso atención al asunto, al más alto nivel.
***El autor es director general de Proyectos Especiales y
Ediciones Regionales de El Financiero.
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/jonathan-ruiz/2021/06/09/detras-de-la-visita-de-kamala-harris/