La visita conjunta a Lampedusa de la primera ministra italiana, Meloni, y la presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, tiene como fin influir en la polÃtica migratoria de la UE. ¿Qué puede hacer von der Leyen?.
La abrumada primera ministra italiana, Giorgia Meloni,
pide ayuda, y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión de la Unión
Europea, responde. Ambas políticas visitaron este último fin de semana (16 y 17
de septiembre) la isla italiana de Lampedusa, adonde la semana pasada llegaron
alrededor de 8.000 inmigrantes tunecinos.
Meloni dijo en un video en la plataforma X (antes
Twitter) que Italia necesita y exige la ayuda de la UE. "La presión
migratoria que vive Italia desde principios de año es insostenible", dijo
Meloni. La primera ministra italiana había prometido el fin de la inmigración
durante su campaña electoral, y ahora se ve presionada a cumplir con su
promesa, dadas las imágenes de las caóticas condiciones en Lampedusa. Ya en
abril, 2.000 personas llegaron a Lampedusa en un solo fin de semana.
Así que Ursula von der Leyen pudo observar en el lugar
las condiciones de Lampedusa y lamentarlas. Pero no pudo presentar ninguna
ayuda de emergencia inmediata. Esta tendría que ser proporcionada por los demás
Estados miembros de la Unión Europea (UE), y solicitada por Italia al personal
de coordinación de la Comisión de la UE en Bruselas. Italia lleva años
recibiendo personal y ayuda financiera de la UE para el funcionamiento de
centros de acogida y puntos de registro, los llamados hotspots.
¿Qué se le permite hacer a una misión naval?
En su videomensaje del viernes (16.09.2023) por la noche,
Giorgia Meloni pidió un cambio paradigmático en la UE. Ya había dicho en la
reciente cumbre de la UE celebrada en Bruselas en junio que la mejor solución
sería detener por completo la migración. Al parecer, la primera ministra quiere
impedir que los barcos salgan de Túnez con la ayuda de una misión de la UE.
Pero esto viola obviamente el derecho marítimo internacional. Ni los barcos
italianos ni los de la UE pueden operar en la zona de 12 millas frente a la
costa tunecina. Solo Túnez tiene jurisdicción allí. En alta mar, fuera de las
zonas de 12 millas, los buques de la UE no pueden intervenir en absoluto,
siempre que las embarcaciones de los migrantes estén en condiciones de navegar.
Italia tampoco puede impedir permanentemente que los
barcos atraquen en sus puertos. Sin embargo, las autoridades italianas pueden
denegar, en principio, el acceso a embarcaciones en condiciones de navegar, por
razones de seguridad, y asignarlas a otros puertos. A los náufragos de los
barcos de salvamento debe asignarles un puerto seguro el Centro Nacional de
Coordinación de Socorro Marítimo en Roma, pero este puerto también puede estar
lejos, por ejemplo, en el norte de Italia. Desde principios de este año, el
gobierno italiano intenta dificultar la actividad de los barcos de salvamento
privados. En la práctica, eso apenas repercute en el número de personas que
llegan, ya que, según los guardacostas, cerca del 90 por ciento de los
migrantes logran la travesía por sus propios medios y desembarcan en algún
lugar dentro o fuera de un puerto de Italia. En los ocho primeros meses del año
habrían llegado a Italia 120.000 migrantes.
Conversaciones con Túnez
Ursula von der Leyen y Giorgia Meloni visitaron Túnez en
julio de 2022, junto con el primer ministro holandés, Mark Rutte. Después de la
visita, anunciaron que habían llegado a un
acuerdo con el presidente tunecino. Túnez impedirá que los refugiados
crucen hacia Europa a cambio de una ayuda económica de unos 1.000 millones de
euros. Sin embargo, aún está por verse si esto se concretará, y de qué manera.
Sobre todo, teniendo en cuenta que el presidente tunecino, Kaïs Saied, había
declarado que su país no se convertiría en el campo de refugiados de la UE.
https://www.dw.com/es/la-uni%C3%B3n-europea-y-el-dilema-de-los-migrantes-que-llegan-a-italia/a-66845803