El texto es parte de una entrevista realizada por el diario WELT al ex líder del Partido Demócrata Libre alemán, Wolfgang Gerhardt, con motivo del reconocimiento otorgado por la Fundación Friedrich Naumann al ex Canciller, Hans Dietrich Genscher. "Existen amenazas modernas para la libertad que no se perciben conscientemente: en algunos países se llevan a cabo elecciones, sin embargo son gobernados como empresas de familia", señaló.

La Fundación Friedrich Naumann otorgó el Premio Libertad en la Iglesia de San Pablo en Francfort del Meno, Alemania. El Ex Ministro de Relaciones Exteriores y Ex Presidente del Partido Demócrata Libre Alemán (FDP), Hans Dietrich Genscher, es el primer galardonado con este premio. La laudatoria fue pronunciada por Wolfgang Gerhardt, antiguo Jefe de la Bancada del FDP, quien desde mayo de este año también es Presidente de la Fundación Friedrich Naumann. El nuevo presidente tiene el propósito de concentrar el trabajo de la Fundación hacia una revalorización del término "libertad", ya que éste, en su opinión, ha sido subvalorado en comparación al mal comprendido término de "igualdad".

WELT.de: Señor Gerhardt, Usted tiene la intención de agregar al nombre de su Fundación la denominación Fundación para la Libertad. ¿Por qué? (Nota del traductor: En alemán, el título de la Fundación lleva el agregado Fundación para la Política Liberal.)

Gerhardt: En Alemania, en una discusión sobre valores en la que hay un cierto desprecio por la democracia y por la libertad y en la que además se le da prioridad a una "igualdad" mal comprendida, uno debe defender con énfasis sus posiciones. Conservaremos el nombre de Fundación Friedrich Naumann, pero el subtítulo Fundación para la Política Liberal no me parece suficiente. Debemos definir más claramente hacia dónde vamos y ello lo lograremos con el nombre nuevo.

WELT.de: ¿Cuál es su estrategia para lograr una mejor aceptación del valor de la libertad en la sociedad alemana?

Gerhardt: Todas las actividades de la Fundación Friedrich Naumann deberían concentrarse en la libertad como el valor más importante para nosotros. En el extranjero haremos énfasis en la promoción del significado de libertad, democracia y Derechos Humanos. En Alemania, donde ya contamos con el programa de formación con alrededor de 1000 eventos al año, pretendemos llevar a cabo de dos a tres eventos públicos que ofrezcan un espacio para el diálogo. Así por ejemplo planeamos un congreso grande para el próximo otoño que sirva para reunir diferentes think tanks. En este congreso se discutirán posibles estrategias contra las amenazas existentes para la libertad en las diferentes sociedades.

De hecho existen amenazas modernas para la libertad que no se perciben conscientemente: En algunos países se llevan a cabo elecciones, sin embargo son gobernados como empresas de familia. Incluso en países occidentales la libertad peligra, por ejemplo en los Estados Unidos donde el presidente y los círculos cristianos a su alrededor olvidan las reglas del Estado de Derecho so pretexto de combatir el terrorismo.

Además organizaremos dos Discursos a la Libertad anuales en el centro de Berlín. Asimismo enfaticé especialmente en la fundación de una Sociedad para la Libertad. En ella se pretende lograr un encuentro de personalidades, que aprecien el valor de la libertad y por ende inicien actividades propias, brindando con ello también un mayor espacio de acción para los exbecarios de la Fundación que tengan deseos de participar activamente.

WELT.de: Ustedes otorgan el Premio Libertad. Hans-Dietrich Genscher, Ex Ministro de Relaciones Exteriores, es el primero en recibir el galardón. Con todo respeto hacia los logros del Ex Ministro: ¿No es una señal desconcertante que él reciba este galardón? El propósito de defender el valor de la libertad podría malinterpretarse como autoelogio del FDP.

Gerhardt: El jurado que nominó a Genscher se compone de personalidades independientes. Con el fin de destacar las acciones de un hombre que siempre luchó a favor de la libertad, los miembros del jurado decidieron galardonar a Genscher. En un futuro el jurado seguramente premiará a personalidades e iniciativas de la sociedad, que son ejemplo de un actuar responsable y autodeterminado y que deberían ser destacadas por ello.

WELT.de: Con respecto a su idea de una Sociedad para la Libertad. ¿Cómo pretende lograr que no sólo tenga carácter apelativo, sino que trascienda a la sociedad en general, a la colonia de una ciudad por ejemplo?

Gerhardt: Abriendo la Sociedad para la Libertad a las iniciativas de todos los segmentos de la sociedad, que pudieran acercarse a nosotros. La Sociedad recibirá apoyo de todas las oficinas regionales de la Fundación. Y pretende abrirse a todo público, no ser un círculo para las élites.

WELT.de: Una objeción que frecuentemente se alza contra el término "libertad" es que la libertad sólo es para personas que pueden darse el lujo. ¿Cómo convencerá a la gente de que la libertad también tiene ventajas para los menos privilegiados de la sociedad?

Gerhardt: Puedo afirmar con certeza que sin una seguridad social, la libertad no le sirve a nadie. A una persona en África que lucha por ganarse la vida día a día, no le sirve el saber que dentro de tres años se llevarán a cabo elecciones libres. Por lo tanto, el liberalismo político debe pronunciarse a favor del requerimiento de seguridad social para poder brindar una vida digna a los más débiles. Se trata de combinar el principio de la libertad y el humanismo. En este sentido, Albert Schweitzer es un ejemplo a seguir, él quiso ser independiente del Estado y a su vez prestar servicio social a la comunidad.

WELT.de: Pero por otra parte ¿no necesitarían los habitantes de países africanos derechos muy básicos para poder demandar un mínimo de seguridad social?

Gerhardt: La seguridad social y la libertad en si, no son contradictorias. Por un lado, no es aceptable que estos países demanden un cierto grado de ayuda al desarrollo antes de otorgar libertad mínima. Por otro lado, un país no tiene derecho a limitar los derechos mínimos de seguridad social argumentando que existe el derecho a libres elecciones. No se puede dejar a los más débiles a la buena de Dios. No me opongo a la política social, pero no acepto que los socialdemócratas quieran decidir cuánta política social debe o no debe practicarse, ellos no pueden monopolizar esta decisión.

WELT.de: Otra objeción contra el énfasis que se le da al término "libertad" es que podría hacer peligrar la seguridad. ¿Cómo puede Usted justificar se requiera aún mayor libertad habiendo una amenaza terrorista? ¿Cómo puede garantizarse que los enemigos de la libertad no abusen de ella?

Gerhardt: No podremos triunfar sobre el terrorismo, si sacrificamos la superioridad ética del Estado de Derecho. No sólo tenemos la obligación de luchar contra el terrorismo, sino la obligación de garantizar que la sociedad siga siendo atractiva para personas que deseen vivir libremente. Se deben distinguir claramente los límites. Nos pronunciamos decididamente en contra de la tortura. Si observo el debate sobre la tortura en los Estados Unidos de Norteamérica y la ambigüedad del Presidente Bush al respecto, puedo asegurar que somos lo que hacemos, pero sobre todo somos lo que no hacemos. En lo que a supervisión por parte del Estado se refiere, yo decidiría pragmáticamente, pero los ciudadanos libres deben conservar su derecho de libertad ante el Estado. El Estado no tiene el derecho de supervisar todas las cuentas bancarias o todos los correos electrónicos. Estas intervenciones no deben volverse costumbre y mucho menos deben darse sin tener una sospecha muy concreta.

WELT.de: ¿No teme Usted que un uso excesivo del término "libertad" pueda parecer discrecional? Todos reclaman libertad, pero cada uno la interpreta de manera diferente. Los extremistas radicales de izquierda y derecha también dicen luchar por la "libertad".

Gerhardt: Debo aclarar que somos liberales, que por libertad entendemos Estado de Derecho y democracia. Sobre todo en el extranjero, en países donde predomina la opresión, los términos "libre" y "libertad" se entienden muy directa y correctamente, incluso más fácilmente que el término "liberal". Es por ello que deberíamos referirnos más claramente a la gran palabra "libertad".