ABORTO
«Siempre he defendido que la mujer decida. Debemos seguir alerta para no volver atrás»

Ha suavizado considerablemente su posición tras desembarcar en política. En su último discurso sobre el tema pidió la libertad de elección de la mujer para defender la «moralidad de una decisión que salve las creencias, el sentido de la responsabilidad y las familias de las mujeres». Es claro el intento de buscar apoyos entre madres que ven bien el uso de anticonceptivos y descarta su pasado más radicalmente proabortista. Además, ha sido una de las escasas políticas que ha reconocido que el aborto es una «tragedia» y que su incidencia debe ser contenida.
   
ECONOMÍA
«Los recortes de impuestos no son la cura para todos los males de América»

Es el gran dilema de Hillary: por una parte, alaba el mercado fuerte, la bolsa por las nubes, una productividad alta y los grandes beneficios de las corporaciones, y, por otro, defiende enormes proyectos de financiación pública de infraestructuras y carísimos programas de educación y sanidad para todos, programas que se parecen mucho a conceptos de planificación industrial abandonados durante el siglo XX en Japón, Alemania y Francia. Los dos modelos nunca han encajado y deberá explicar por cuál apuesta durante este año.
   
EXTERIORES
«Creo que venceremos al terrorismo a través de la cooperación con otros»
   

En este aspecto copia casi por completo el plan que tenía su marido. Se trata de no cabrear a nadie y de borrar la imagen de «policía internacional» de EE UU que ha forjado el neoconservadurismo de Bush. ¿Cómo? Cooperando con los aliados en políticas de disuasión y sin descartar nunca un diálogo directo, aunque sea con los peores enemigos de América. La contradicción aparece cuando afirma: «EE UU debe seguir siendo un líder preeminente de la libertad y la democracia en todo el mundo», unas palabras que puestas en boca de Bush no desentonarían. Washington está a la espera de saber cómo concilia la senadora ambas visiones.
   
AGENDA SOCIAL
«Los soldados homosexuales deben disparar recto, no ser rectos en su conducta»
   

La Asociación Americana de Libertades Sociales la califica con un 6 sobre 10 en el apoyo a la agenda social más libertaria, lo que la sitúa como una de las más radicalmente a la izquierda en el Congreso, sólo superada por John Kerry con un 7. Y aunque su registro de voto en el Senado está intacto en el progresismo, sus discursos sobre economía alabando a las multinacionales han chocado con su libertarismo en un claro intento de buscar el centro.
   
CRIMINALIDAD
«Necesitamos más Policía y sentencias más duras para los reincidentes»
   

En el Senado post 11-S, las leyes para controlar la delincuencia y evitar que aumenten los índices de violencia y criminalidad en las zonas urbanas han triunfado y los senadores se han subido mayoritariamente al carro de la petición de un mayor control policial.

El temor a nuevos atentados también ha sido abrazado por Hillary Clinton, fiel partidaria de la ley que prevé que el límite de reincidencia de un delincuente sea de tres, a partir de ahí, prisión a largo plazo. Poco centrado, pero políticamente correcto. Sin embargo, escasas propuestas de cómo se debe perseguir el crimen de cuello blanco, con el que ella flirteó en los 70 y 80.
   
ESCÁNDALOS
«Bill me dijo que Lewinsky había malinterpretado las atenciones que le prestó»

La candidata ha sabido sortear con mucha habilidad las preguntas del corazón sobre la infatigable vida sexual de Bill Clinton. Sin embargo, como bien saben todos los inquilinos de la Casa Blanca, la prensa y los republicanos van a escarbar ahora mucho más hondo. La lista de casos oscuros es larga: un fiscal independiente investigó durante seis años los negocios de los Clinton en Whitewater. «Filegate», uso indebido de informes del FBI sobre republicanos. «Travelgate», despido de los funcionarios de la agencia de viajes de la Casa Blanca para colocar a los amigos de los Clinton. Revelaciones de nuevas amantes de Bill Clinton... Etcétera.