“Yo soy yo y mi circunstancias” Ortega proclamaba en la cúspide más alta de su evolución filosófica.

Los liberales en la Argentina se dividen entre liberales y libertarios, los primeros son liberales, los segundos también; los primeros no hacen nada, los segunda hacen menos; los primeros manejan un partido como si fuera una fundación, los segundos tienen una fundación; los primeros hacen campaña a través de conferencias en grandes hoteles, los segundos van a escucharlos; los primeros son moralmente anti-menemistas, los segundos tiene nostalgias conservadoras de los 90; los primeros lamentan saber que es imposible ganarle a kirchner, los segundos hacen todo lo posible para no ganarle; para los primeros Lavagna es un invento de Kirchner, para los segundos es Kirchner en persona; los primeros son chanchos burgueses, los segundos son proletarios aburguesados. Los primeros adscriben al liberalismo de aire condicionado, los segundos adscriben a los auditorios con aire acondicionado.

Nota: en una semana clave por las trascendentales definiciones electorales el principal representante político del liberalismo se toma el lujo de brindar un ciclo de conferencia en Estados Unidos.

¡Lo increíble!: que mientras se mueren de hambre millones de niños por día se llenan la boca hablando en grandes hoteles (con aire acondicionado) de libertad, que mientras se deteriora nuestra capacidad de vida y cada vez hay menos gente con acceso a servicios esenciales, ellos viajan al Salvador a la reunión de RELIAL (Red Liberal de América Latina) y viajarán este año a Cancún a la reunión de la International Liberal, solo porque Chávez es más importante que la pobreza, solo porque escuchar a Aguinis es más placentero que escuchar a un pobre, solo porque los lujosos hoteles son más confortables que las grandes villas y los tristes pueblos provincianos.        

Nadie toma cuidado de la calamitosa situación actual. Un contexto aciago y funesto no merece un comportamiento tan ingenuamente pasivo y burguesmente delicado. Una política exterior caracterizada por el municipalismo y un programa de gobierno enmarcado en el transversalismo prebendaría requiere conductas opositoras des-dogmatizada y generosas. Recuerden: Kirchner no es igual a Alfonsin, Kirchner no es igual a Menem, Kirchner no es igual a Duhalde, tampoco es igual a Sobisch.

No es igual, porque Kirchner es extraordinariamente peor.
Desde la vuelta de la democracia no ha habitado la casa rosada un hombre tan maquiavélico, calculador, astuto y extravagantemente peligroso como el Sr. Néstor Kirchner y la oposición y en particular el espacio liberal no ha tomado conciencia de ello, de allí su incauto e infantil proceder político.

Rodríguez Saa candidato a presidente afirma que Macri no tiene proyecto, Sobisch y Puerta sostienen que con López Murphy no se puede hablar. López Murphy por su parte critica a Lavagna caratulándolo como Kirchnerista atenuado y vociferando “yo no descubrí los defectos del gobierno hace un año”. Por otro lado también critica a Sobisch argumentando que su gestión en Neuquen rozó con lo funesto: “Sobisch ha extinguido los recursos de su provincia” clama el buldog.

¡Divide y triunfarás! máxima aplicada por el poder reinante con asombrosa eficacia. La atomizada oposición entrecruza acusaciones sobre quien es más funcional al gobierno, pero de hecho: todos son igual de funcionales.

Respecto a lo dicho por el líder de Recrear dos consideraciones: Lavagna no es igual a Kirchner. El hecho que haya formado parte del gobierno nacional no lo torna en una burda copia de un mal ejemplo. Con los mismo parámetros podría decir que Pellegrini (¡si el hombre que hizo!) era igual a Juárez Celman y el principal responsable de la debacle financiera porque formó parte de conducción dominante. Pellegrini integró el proyecto político que causó la crisis del 90 pero también fue el principal gestor de la recuperación Argentina.

Pellegrini no era igual a Juárez Celman, Lavagna no es igual a Néstor Kirchner.

Por otro lado el ex – ministro de economía se niega a pactar con Sobisch porque considera que su gobierno en la provincia neuquina estuvo marcado por el deterioro institucional y la corrupción, lo cual es cierto. Pero le recuerdo al líder de Recrear que Sarmiento (¡si Domingo Faustino!) también fue un pésimo gobernador de provincia a tal punto que tuvo que renunciar (¡lo dejaron que se vaya!) para luego volver de Estados Unidos y ser un gran presidente.

Nota: grave error en la política ver cuestiones éticas donde no las hay.

Por última la estrategia consistente en votar en primera vuelta por convicción y en segunda vuelta por preferencia esta condenada al fracaso. Esta táctica se basa en la errónea idea de que concurriendo la oposición fragmentada se le restará más votos al oficialismo. El objetivo seria que Kirchner, o en su defecto Cristina, no alcancen el nivel del 40% de los votos de modo de forzar la segunda vuelta. La finalidad es tan errónea como el medio. Una oposición dividida fragmentará los votos no kirchneristas y por más que la Sra. Fernández no supere el 50% será electa en primera vuelta pues ninguno de los candidatos opositores superará el 12%.

Con Lavagna que no supera el 5%, con López Murphy que esta 7% y con Sobisch y Puerta que directamente no figuran en las encuestas la oposición no tiene voto que perder de manera que también es equívoca la aserción que sostiene que uniéndose las distintas fracciones políticas rebajan votos.

En fin, tribalismo político y liberalismo de aire acondicionado son las principales características del macrocosmo político nacional. Un modelo estatista solo puede ser contrarrestado con una alternativa liberal, pero el liberalismo argentino goza de escasa dosis de pragmatismo. A un proyecto hegemónico solo se lo contrarresta con la unión, y la oposición Argentina esta atomizada.