El Gobierno italiano está estudiando un proyecto de ley para limitar el derecho de los trabajadores italianos a movilizarse.En concreto, el Ejecutivo de Silvio Berlusconi planea que las huelgas de los trabajadores de los servicios mínimos sean «virtuales», lo que supondrá que los huelguistas seguirían trabajando normalmente, eso sí sin cobrar.

Es más, el proyecto de ley planea que los salarios de los empleados que secunden los paros sean destinados a obras de caridad o a insertar publicidad en los medios de comunicación, para que los huelguistas cuenten allí sus demandas, en lugar de hacerlo en la calle.

El novedoso concepto de «huelga virtual» acuñado por Berlusconi, esconde la prohibición del derecho de huelga en los casos en los que los servicios mínimos no queden garantizados. Una fórmula con la que el Gobierno italiano quiere poner fin a las frecuentes huelgas salvajes que se están produciendo en el sector del transporte y que entorpecen la vida diaria del país. De hecho, según un informe oficial, al día hay una media de tres paros de transporte a escala nacional o local.

Además, el proyecto de ley obligará a que para hacer huelgas en el sector de transportes será necesario un referéndum entre los empleados, a menos que el paro sea proclamado por sindicatos que superen el 50% de representación en el sector. Asimismo, en algunos casos, cada empleado tendrá que justificar individualmente su adhesión a la movilización.

La reacción entre los sindicatos no se ha hecho esperar, Guglielmo Epifani, el secretario general del CGIL, la mayor organización de trabajadores de Italia recordó ayer al Gobierno que la huelga es un derecho constitucional garantizado, por lo que «hay que proceder con sumo cuidado» a la hora de hacer cambios.