Que cada cual opine lo que quiera —ya decidiremos si nos suena razonable o nos parece una mamarrachada—, pero raro es el día en que un político de relumbrón no desbarra.

ERC ha registrado en el Congreso una proposición reclamando al Gobierno español que reconozca «oficial e internacionalmente» a la República Árabe Saharaui Democrática que ansía el Frente Polisario.

No vamos a comprarle al ministro del Interior marroquí la mercancía averiada que vino a vender a Madrid, entre otras razones porque ya se encargó Rubalcaba de adquirir la mayor parte, pero las veladas referencias de Taieb Cherkaoui a Al Qaida y el riesgo de contagio, no son para echar en saco roto.

Obvien por un instante el pecado original que fue la vergonzosa fuga española de El Aaiún en 1975 o el sonrojante silencio de Zapatero, Trinidad y los demás frente a las tropelías marroquíes y díganme si creen que sería viable como nación independiente la RASD.

En la lista de «estados fallidos», que son aquellos incapaces de proveer de servicios básicos a sus ciudadanos, controlar su territorio, mantener la ley y actuar como miembro de la comunidad internacional, «Foreign Policy» y el Fondo por la Paz colocan en 2010 a 21 países africanos. Encabeza el ranking Somalia, pero abundan los del Sahel penetrados por Al Qaida y todos o casi todos, tienen más población, más recursos y mejores vecinos que nuestro antiguo y querido Sahara.

Algo habrá que hacer para ayudar a los saharauis, pero no lo que propone esta panda de ignorantes.