Cuando después del tiroteo, los militares se acercaron al vehículo de los sicarios, no podían creer lo que veían sus ojos: ni un rasguño en la carrocería, solo las ruedas pinchadas después de un largo intercambio de disparos.
El
vehículo, que fue convenientemente decomisado, es lo que el ejército ha
bautizado como 'Monstruo' para referirse a los todoterreno inmensos que usan
los Zetas, coches en los que los sicarios invierten una parte de sus beneficios
del narcotráfico con el fin de sobrevivir a los entrentamientos con los otros
cárteles rivales, los militares y la Policía Federal.
Y a la
vista del último modelo incautado, parece que las medidas de protección son
cada vez más sofisticadas. No se ha facilitado la imagen tras el operativo que
se desarrolló en Tamaulipas, pero sí ha trascendido que el vehículo tenía de
todo, hasta un mecanismo en la parte posterior para tirar clavos y aceite
durante una persecueción.
El
estado de la carrocería demuestra, además, que al blindaje, que suele
instalarse en las ventanas de los vehículos para que el exceso de peso no
reduzca desmasiado la velocidad, se ha extendido al resto del 'coche-tanque'
con una resistencia superior al nivel 6, que es el que usan, por ejemplo, los
escoltas de los gobernadores.
Después,
los militares han podido comprobar que, a pesar de eso, el 'Monstruo' es capaz
de alcanzar los 110 kilómetros por hora, frente a los 40 que limitaban antes la
velocidad en la huida de los sicarios, según publica este martes 'Excelsior'.
En el
interior, el vehículo propio de una película de acción, dispone además de una
capacidad mayor. Y en lo alto, dispone de dos salidas desde donde pueden
disparar con lanzacohetes, granadas y fusiles.