La muerte del fiscal Alberto Nisman nos arrastra a pensar en la comprobación de los hechos por él denunciados.
Es lamentable para la Patria que métodos mafiosos sean utilizados para acallar las voces de los poderes encargados de resolver los asuntos de índole nacional, como lo es, en este caso, el atentado a la AMIA.
A horas de reunirse con nuestros representantes en el Congreso, nos amanecimos con esta noticia dolorosa.
Estamos en los titulares de los periódicos más importantes del mundo por esta noticia. Pero no por la muerte del fiscal, sino por la muerte del fiscal que acuso a la presidente.
Eso es muy grave.
El jueves de la semana pasada, luego de las declaraciones del fiscal en TN, pensamos por un segundo que el fiscal debería tener custodiados hasta los dientes….pero luego creímos vernos influenciados por muchas películas de suspenso.
Una vez más, como se dice popularmente, la realidad le ha ganado a la ficción y con ello, hemos perdido nosotros, los del día a día.
Vergonzoso es que se utilice la figura del suicidio para tapar las razones principales de la muerte del fiscal. No importa que se diga que se pudo haber suicidado: el pueblo ya sabe que no es así.
Si la muerte del fiscal quedara impune, comenzaríamos a transitar el camino de la perdida de la Libertad.
Es momento del salir del letargo, de la siesta. Ya no podemos quedarnos quietos ni callados: la Patria nos reclama libertad y acción: ¿y si comenzamos a actuar?
