Topolanek, que ha defendido la construcción de la estación de radares, se vio obligado a retirar la propuesta al no contar con los votos necesarios de los tres partidos de la coalición de gobierno de centro derecha -Partido Cívico Democrático, demócrata cristianos y verdes-.

El gobierno, que no cuenta con una mayoría parlamentaria, se sustenta en los votos de los parlamentarios disidentes del Partido Socialdemócrata. Además, se encuentran ausentes tres ministros, dos de sus parlamentarios están enfermos y el Partido de los Verdes se ha dividido, lo que hace imposible superar en votos a una oposición decididamente contraria.

El líder de la oposición, el socialdemócrata Jiri Parouber, calificó la decisión de «cobarde». Serias dudas La Cámara Alta del Parlamento checo ratificó los acuerdos el pasado noviembre, si bien la opinión pública los rechaza. Por otra parte, la Administración Obama ha sembrado serias dudas sobre la realización del proyecto, concebido por la Administración Bush para defenderse de un posible ataque de Corea o Irán.

Por el momento, la construcción del sistema de radares se pospone, según declaró a comienzos de febrero el ministro de relaciones exteriores checo, Karel Schwarzenberg, tras reunirse con la Secretaria de Estado, Hillary Clinton.

En la supuesta carta confidencial enviada por el presidente Barack Obama a su colega ruso Dmitri Medvédev a principios de marzo, Washington habría ofrecido renunciar a este proyecto, a cambio de que Rusia colabore en la mediación diplomática para que Irán abandone su programa nuclear.