El avance de las energías renovables en América Latina aumentará la demanda de metales como el cobre, que sólo podría ser cubierta mediante el reciclaje.
Las tecnologías alternativas, como las celdas fotovoltaicas, los aerogeneradores
y los calentadores de agua solares, requieren de materiales como silicio, galio,
indio, acero y cobre.
"Es posible que presione la demanda. Hay una
discusión fuerte en torno a los materiales. Empiezan a aparecer otros que se
vuelven estratégicos. En el momento en que los combustibles fósiles se acaban y
se sustituyen por inversiones en tecnología renovable, el mineral se vuelve más
importante que el petróleo, el gas y el carbón", dijo a IPS el presidente de la
no gubernamental
Energía, Tecnología y Educación (ENTE), Odón de Buen.
ENTE se dedica a apoyar a pequeñas y medianas empresas, así como a
gobiernos municipales, en el uso de las mejores prácticas para la eficiencia
energética.
De Buen es coautor, junto a otros expertos mexicanos y
brasileños, del informe
"Energías renovables para generación de electricidad en América
Latina: mercado, tecnologías y perspectivas", patrocinado por la
Asociación
Internacional del Cobre (ICA, por sus siglas en inglés), gremio de la
industria con sede en Nueva York.
El trabajo, enfocado en América
Central, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela, augura un
rápido crecimiento de las energías renovables para 2020, año en que la demanda
adicional de cobre de esos países oscilaría entre 57.850 y 111.820 toneladas.
"La energía eólica y de pequeñas hidroeléctricas representan 73 por
ciento de la demanda total de cobre. Cuando se incluye la generación de
electricidad a partir de biomasa proyectada, esas tres tecnologías alcanzan 86 y
93 por ciento de la demanda estimada de cobre para 2020", indica el documento.
En 2019, Brasil necesitará entre 39.940 y 44.440 toneladas adicionales,
Argentina, entre 4.070 y 29.610 para 2020 y México, 5.860 para esa misma fecha.
"El reciclaje y el alza de precios pueden contribuir a disminuir la
presión. Al poner más metal en el mercado, la oferta reduce el precio. Si hay
déficit, los precios suben, y origina la sustitución de un metal por otro",
explicó Alejandro Jaramillo, miembro del
Buró Internacional de Reciclaje,
asociación global que reúne a más de 800 empresas y más de 70 federaciones
nacionales, con sede en Bruselas.
Las fuentes alternativas, sin incluir
las grandes hidroeléctricas, responden por entre 2,5 a cinco por ciento de la
capacidad total de electricidad de los países estudiados.
El informe
indica que la biomasa es la principal fuente utilizada para la generación
eléctrica, pues aporta 50 por ciento de la capacidad instalada renovable en
América Latina, seguida por las pequeñas centrales hidroeléctricas (37 por
ciento) y eólica (13 por ciento).
La producción eléctrica basada en
biomasa –especialmente caña de azúcar y etanol- es fuerte en Brasil, Argentina y
Colombia. Mientras, la mayor parte de la capacidad instalada de eoloenergía está
localizada en Brasil, México y Argentina.
En México, 93 por ciento de la
energía procede del consumo de combustibles fósiles, mientras que la restante es
generada por viento, luz solar, vapor, agua y explotación nuclear. En este país
se producen 850 megavatios de energía eólica, 20 de solar y 958 a partir de la
geotermia.
Por otra parte, esta nación es pródiga en minerales
metálicos, como plata, zinc, cobre y plomo, entre otros. La extracción de cobre
llega a las 227.000 toneladas anuales. Mientras, importa cobre, aluminio,
hierro, estaño y níquel de naciones como Canadá, Estados Unidos, Chile y Brasil.
El reciclaje podría alimentar al sector renovable con los metales
necesarios, además de desacelerar la actividad minera, según los expertos. De
hecho, el informe
"Tasas de reciclaje de metales", del Programa de Naciones
Unidas para el Medio Ambiente, advierte de que algunos metales fundamentales
para la fabricación de tecnologías limpias podrían escasear por sus bajas tasas
de reciclaje.
Si bien elementos como el hierro, el acero, el cobre, el
aluminio, el plomo y el estaño presentan índices de entre 25 y 75 por ciento en
el mundo, otros 34 materiales poseen porcentajes menores a uno, según el
reporte.
"El reciclaje puede enfrentar el crecimiento. Hace años,
reciclar algunas cosas era muy especifico, muy aislado. Pero hoy es una
actividad importante en la economía. Acá se recicla poco. Hay robo y venta
ilegal de cobre usado. Tiene que haber una evolución para aprovechar esto. El
mundo va a llevar a ciclos cerrados de los materiales", dijo De Buen.
En
México se reciclan metales como acero, aluminio, cobre, bronce, zinc y plomo,
aunque el mayoritario es el aluminio, debido al alto consumo de bebidas y
alimentos en lata.
"Es una industria muy joven y que está en proceso de
maduración. Lamentablemente, mucho del metal se confina directamente en los
basureros y ya no se recupera", indicó Jaramillo, cuya empresa, situada en
Tijuana, ciudad fronteriza con Estados Unidos, procesa 1.500 toneladas mensuales
de cobre, aluminio, bronce y aceros inoxidables.
En México se generan
unas 37 millones de toneladas de basura anuales, de las cuales tres por ciento
son metales, según la Secretaría (ministerio) de Medio Ambiente, cuyo Directorio
de Centros de Acopio de Materiales Provenientes de Residuos incluye a más de 150
recicladoras de metal.
ICA calculó que la generación solar fotovoltaica
requiere de 8,8 kilogramos de cobre por kilovatio, la geotermia necesita cuatro,
la eólica 2,5, la hidráulica dos y la biomasa 1,2.
El informe de ICA
prevé que la energía eólica y la biomasa serán en la próxima década las
tecnologías más importantes en los países analizados, y anticipa una
significativa expansión de la primera en Argentina, Brasil y Chile y de la
segunda en Brasil, Argentina, América Central, Colombia y Perú.
Para
2020, Brasil podría agregar 8.521 megavatios a su capacidad instalada de
biomasa, y Argentina y México entre 200 y 8.000 y 1.724 en eoloenergía,
respectivamente.