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30/12/2007 | Venezuela - Nueve años y en el final Antonini

Asdrúbal Aguiar

Avanzamos hacia el 2008, cuando Hugo Chávez cumplirá 9 años de ejercicio continuo del poder. No es el más largo período de nuestra extraviada historia, pero sí más extenso que el detentado por nuestro último dictador, Marcos Pérez Jiménez, y casi el doble de los mandatos de la República Civil agotada en febrero de 1999.

 

En 9 años no ha cesado la mirada hacia el pasado ni el discurso quejoso de Chávez por el tiempo político en que se formó y dentro del cual, con las reglas del partidismo dominante, pudo alcanzar su elección; sin que ningún adversario ni el Gobierno de turno la calificase como “victoria de m.....”.

Lo cierto es que, habiendo sido éste el tiempo de mayor bonanza fiscal jamás conocida, los problemas nacionales siguen allí, como siempre, sin soluciones de fondo. Entre tanto, los dineros del petróleo, administrados por la libre y sin control, resultan generosos para la exportación de la revolución y para darle vivienda a los vecinos cubanos necesitados de ellas.

La cifra de viviendas construidas durante los 9 años del mandato de Chávez, equivalen a la alcanzada en sus últimos 4 años de gobierno por el doctor Raúl Leoni y en menos de 2 años por el gobierno del recién fallecido Luis Herrera Campíns. Pero la violencia, que es la enemiga de todo proyecto de crecimiento con bienestar y de esperanza hacia el futuro, sí crece y no se detiene. En 9 años de “bonanza” gratuita y sin esfuerzo pasamos de 4.500 homicidios al año a una cifra anual de algo más de 17.000 homicidios, a pesar de lo exitoso – según el régimen – de sus “misiones” y de sus propósitos sociales inclusivos.

La constancia de Chávez y su persistencia en la ruta hacia socialismo a la cubana, que tanto nos ha dividido y dado esterilidad en los afectos que nos debemos los venezolanos, los unos a los otros, no ha bastado para que ancle su obsesión en el corazón del pueblo, a pesar de los 9 años transcurridos. Y esto, como signo, es alentador. La gente, por lo visto y con todo y las circunstancias, no ha permitido le secuestren su poder soberano, y esperanzada en que el bienestar le llegue alguna vez y deje de ser palabra hueca, el pasado 2 de diciembre le envió otro claro mensaje al primer mandatario: ¡Queremos bienestar, pero no a precio de la libertad”. Así de simple.

¡Ojalá entienda el mensaje! el presidente, que no es nada distinto al que ese mismo pueblo le envió en diciembre de 1998, cuando al elegirlo, juntamente le dio un Congreso plural y no monocolor, que aquel cerró con su Constituyente: el pueblo quería, entonces, un líder con fuerza, capaz de provocar la renovación política pero con armonía y respeto celoso por las ideas diversas. ¡Chávez no lo entendió así!.

La agenda de circunstancia que marcará la apertura del año por venir, desde ya viene trazada en líneas gruesas.

  • La oposición madura a fuerza de ensayo y error, y parece haber encontrado un rumbo cierto y positivo al promover obstinadamente la reconciliación nacional, a costa de lo que sea, sin caer en la provocación de la violencia verbal atizada desde el gobierno.

 

  • El gobierno, en lo interior, acusa por vez primera un proceso de confrontación de ideas y apreciaciones acerca de las enseñanzas del pasado 2 de diciembre, que al romper el carácter monolítico, autista y automático de su comportamiento - dada la personalidad de su conductor máximo - quizá logre refrescarse y hacerse permeable y comprensiva al verdadero sentimiento nacional. ¡Pero 9 años es mucho tiempo y demasiado como para liberar al mismo Chávez de la pérdida de su sentido de la realidad! Eso le ocurre a todo gobernante cuando desborda y ejerce el mando sin contrapesos. Eso le ocurrió a Marcos Pérez Jiménez y por ello cayó de manera estruendosa. Y eso no le pasó a Isaías Medina Angarita, quien prefirió tomar las de Villadiego antes que someter al país a una confrontación sangrienta e innecesaria.

En el ámbito externo seguirán presentes el Caso Antonini y el asunto de las FARC, que tienen pasta tan propia que el mito de la agresión imperialista causa hilaridad en la opinión internacional e interna.

El desdoroso hecho de la maleta que aterrizara en Buenos Aires a manos de Antonini Wilson, repetida recién en territorio boliviano por un oficial del Ejército venezolano, muestra la impudicia con que son usados los dineros públicos para las empresas políticas particulares del Presidente, que nada hacen ni tienen relación con los intereses de la Nación y del Estado venezolanos.

El rechazo contundente a la reforma socialista en las recientes elecciones, confirma que el socialismo quizá pueda ser viable como línea de gestión doméstica y mientras dure el gobierno, pero no alcanza a ser política de Estado ni a servirle de apoyo a la política exterior de la República, legitimándola.

En breve tiempo, las dos maletas del caso suman más de 1.600.000 los dólares dispuestos para el militantismo revolucionario del Presidente en la región. Por menos que eso, por 250.000 dólares utilizados para una política que sí era de Estado pues promovía nuestro compromiso hemisférico con la democracia y en el caso de marras con la Nicaragua de Violeta Chamorro, el presidente Carlos Andrés Pérez fue defenestrado y enjuiciado.

Por lo pronto, los funcionarios argentinos comprometidos comienzan a revelar hechos emblemáticos. No son los empresarios presos en Miami, supuestamente presionados por el Imperialismo, quienes hablan. En Buenos Aires – según la Fiscal argentina y en declaración que posee - Antonini estuvo en la Casa Rosada luego del incidente. No era un extraño o un agente encubierto.

Sus socios detenidos, a la vez y por si fuese poco, son defendidos en manifestación pública  organizada por el gobernador del Estado Cojedes, Jhony Yánez Rangel. ¡A confesión de parte, .....!

A pesar de su pérdida del poder presidencial y luego de extinguirse su ominosa dictadura, Augusto Pinochet Ugarte, logró conservar la adhesión emocional y hasta irracional de su gente. Lo rodeaba un hado mágico o una suerte de hilo de Ariadna lo ataba a sus seguidores, hasta que se rompió: le habían sido descubiertas al ex dictador unas cuentas en dólares  y a su nombre. Su gente sintió vergüenza y no sale de su asombro hasta hoy.

El asunto de las FARC cada día muestra la estrecha relación y los vínculos privilegiados de Chávez con la narcoguerrilla colombiana. No era tal relación, pues, el producto de la perversa imaginación de sus opositores o la obra de algún laboratorio de guerra sucia puesto en acción por el Imperialismo. En lo inmediato habrán de tenerse presentes, para mejor comprender el origen y propósitos que rodean – tras el hecho humanitario – la próxima liberación de secuestrados, dos datos relevantes. En 1998, en sus confesiones a Agustín Blanco Muñoz – autor del libro Habla el Comandante – Chávez reveló su vínculo afectivo e ideológico con la guerrilla, desde sus tiempos de oficial subalterno y serviendo en la frontera. Luego, en su documento de 2004 sobre La Nueva Etapa: El Nuevo Mapa Estratégico, dice sobre las acciones que ejecutará para derrotar al Plan Colombia – léase al mismo Uribe y con ello al inefable George W. Bush.

correoaustral@gmail.com

Globovisión (Venezuela)

 


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