“Cualquier gobierno afectado por estos gravísimos problemas deberá preguntarse: ¿Por qué la gente se vuelve terrorista? ¿Por qué se involucran con el crimen organizado”, subrayó al término de una visita a la Ciudad de México para compartir con sus homólogos de la Secretaría de Relaciones Exteriores y con organizaciones civiles, las experiencias de su país en la promoción y defensa de los derechos humanos.

A tres meses de que México se someta a la Revisión Periódica Universal del Consejo de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, del que fue cofundador el 15 de marzo de 2006, Hyland destacó el liderazgo internacional que los mexicanos han demostrado en este campo, así como la voluntad del gobierno británico para apoyarlo en el desafío “de enormes proporciones” que enfrenta hoy.

“El caso mexicano implica un reto enorme, porque hacer un solo cambio en las políticas es una tarea de gran envergadura. Y no se diga transformar realmente la situación para implementarlas eficazmente”, dijo.

La diplomática recordó que parte del reto es que México es un país mucho más grande en tamaño que Gran Bretaña, con niveles de desarrollo y relaciones muy diversos en y entre los diferentes estados de la República con la Federación.

No obstante, insistió en que el único camino para poder obtener resultados en el combate al crimen organizado, por ejemplo, es tratar de enfrentarlos desde la raíz por considerar que en México como en cualquier país del mundo, la gente que no participa de los beneficios que brinda la sociedad, es la que puede desviar su camino hacia la violencia.

Hyland explicó que la Revisión Periódica Universal a la que se sometió Gran Bretaña, se ha convertido en una herramienta de gran utilidad para que su gobierno pueda enfocar sus esfuerzos al cumplimiento de las sugerencias de los 47 países miembros y para poder presentar resultados en la nueva revisión que ocurre cada cuatro años.

“No se trataba de ir a Ginebra diciendo que todo era perfecto en Reino Unido, sino de someterse al examen con una visión clara de cuáles eran los problemas de nuestro país y estar dispuestos a dialogar con otros Estados miembros de la ONU , a responder sus preguntas, atender sus consideraciones y echar una mirada crítica a nuestras propias políticas para así tomar decisiones para las áreas en las que queríamos tener avances”, afirmó.

Un proceso, dijo, que abrió espacios a la coordinación con las distintas dependencias del gobierno inglés y que también dio voz a toda una gama de organizaciones, personajes, de la sociedad civil, a ONG e instituciones académicas que ofrecieron sus opiniones e informes al gobierno británico como los que suelen hacer llegar directamente al Consejo de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Ginebra.

“México está en un periodo de preparación para esta revisión con la mejor disposición de llevar un informe de derechos humanos como el que nosotros hicimos cuando nos sometimos a nuestro examen este año”, enfatizó.

Y anticipó que el procedimiento también será de gran utilidad para que México logre avances tangibles en temas de alta dificultad como el cumplimiento con las obligaciones internacionales que ha contraído, como las relativas a la prevención y combate a la tortura.

“Uno de los retos más grandes que tuvimos en años recientes fue garantizar el respeto a los derechos humanos cuando se tratan los problemas de terrorismo internacional donde tenemos una gran amenaza de grupos relacionados con Al Qaeda que realizaron graves atentados en Londres”, recordó.

Por eso destacó también la colaboración de su país en la reforma a los sistemas de impartición de justicia, a la implementación de los juicios orales en los que Gran Bretaña tiene experiencia de varios siglos, en el respeto a los derechos humanos en los centros de detención y en la reducción de los asesinatos a los periodistas.