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21/10/2008 | Colombia – Policía Nacional: ''Que sientan los mexicanos que no están solos'': Luis Alberto Pérez

Gerardo Galarza y Lemic Madrid

Sencillo: en Colombia el combate al delito del secuestro es un política de Estado. Y así el estado, como tal, regula todas las acciones que tienen que ver con la prevención, persecución y castigo de este delito, explica el titular de la Dirección de los Grupos de Acción Unificada por la Libertad de las Personas (Gaulas) de la Policía Nacional, general Luis Alberto Pérez.

 

Ante ello, en el grupo antisecuestros, la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas se estableció “una doctrina táctica unificada lo que quiere decir que todas las personas que en el país se iban a preparar para combatir el secuestro iban a tener la misma preparación” y “se estableció una línea de inversión para apoyar los grupos antisecuestro en todo el país y, lo más importante, es que hubo una voluntad política para contrarrestar el secuestro”.

Finalmente, agrega el general Pérez, “se le apuntó básicamente a combatir las organizaciones delincuenciales que estaban efectuando secuestros y específicamente se le apuntó al rescate de personas secuestradas. Nosotros podemos contar hoy, no sólo a nuestro país, que desde hace cinco años estamos realizando rescates y en todos hemos logrado sacar sanas y salvas a la personas secuestradas.

“Esto es muy importante porque nos ha ayudado también a incrementar la denuncia por ese delito. Las personas que se ven afectadas ya no sienten temor a denunciar, no sienten temor a que su familiar pueda ser asesinado por los secuestradores porque hay confianza en las autoridades y lo hemos demostrados con efectividad y, ante todo, con mucha responsabilidad a la hora de avocar los diferentes casos de secuestro por las denuncias que recibimos”.

A lo largo de la entrevista con los enviados de Excélsior, el general Pérez contará que autoridades de varios estados mexicanos (Nuevo León, Hidalgo y en días próximos del Estado de México, entre otros) han visitado Bogotá para conocer las experiencias colombianas en materia de seguridad pública.

Respecto al combate a la desconfianza ciudadana, a presentar denuncias por secuestros por temor a las represalias a la víctima o sus familiares, “el gobierno no solamente montó una política de represión contra el delito, sino que montó una política de acompañamiento para las personas víctimas del secuestro. Entonces hay una entidad que tiene un grupo de sicólogos especializados en acompañar no sólo a las personas que han sido víctimas del secuestro, sino también a los familiares durante ese penoso trasegar que tienen cuando un ser querido esta bajo el poder de los secuestradores.

“Todo implica una acción conjunta, pero ante todo una voluntad decidida del Estado para combatir este flagelo delictivo que tanto daño está haciendo a nuestro país”.

La política pública de Estado contra el secuestro contempla también una pena única contra este delito a nivel nacional. El general Pérez lo explica:

“Colombia tiene una legislación penal que es unificada; lo que legisla nuestro Congreso es para todo el país sin excepciones. Esto es una facilidad para que las autoridades judiciales, hablando de fiscales y jueces, pues cuando asumen un delito saben cuáles son las penas que van aplicar, sin importar el sitio geográfico en que se produzca este delito y además el gobierno incrementó dos tipos de grupos antisecuestro: uno rural en el que actúa el ejército como fuerza operativa, acompañado por una Policía Judicial del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), y el cuerpo técnico de investigación judicial que es de la Fiscalía General de la Nación y otro grupo antisecuestros urbanos que son los que maneja la Policía Nacional “. Pero eso sí, todos coordinados por el mismo mando y también preparados en arduas jornadas de entrenamiento especializado.

“Cuando en un país existen diferentes legislaciones, pues eso facilita la labor de los delincuentes, porque si una persona comete un delito en una provincia o un departamento como el caso nuestro y se encuentra que en otro la ley es más flexible para determinado delito, entonces se va a radicar ahí para que no sea objeto de la pena que impone el otro departamento o el otro estado. Entonces, cuando yo les decía que debe haber una unificación de la ley penal es porque se aprende a manejar el problema de manera integral para que no haya excepciones en ninguna parte del Estado como tal”.

El director del grupo antisecuestros informa que en Colombia todos los plagios, sean por motivos económicos, políticos, familiares o de cualquier tipo, “se combaten de igual forma. La dificultad que se nos presenta a nosotros es que cuando los secuestros tienen ese origen político y las víctimas son internadas en zonas de difícil acceso para las autoridades, eso favorece el accionar de los delincuentes, y cuando hablamos de secuestros con fines extorsivos encontramos que toda la fuerza del Estado está orientada a rescatar a las personas sanas y salvas”.

—¿Qué es primero la cultura de la denuncia ciudadana o la cultura de la eficiencia policial?

—Creemos nosotros que aquí hay una combinación de culturas. La de la eficiencia y la de la denuncia que vienen la una acompañando la otra, porque los ciudadanos creen en sus autoridades.

—En México, es frecuente que muchos secuestradores o jefes de bandas sean policías, jefes policíacos o ex policías. En Colombia, ¿cómo se protegen los grupos antisecuestros para evitar estas conductas?

—Ese es un problema al que nos vemos expuestos todas las policías del mundo, no sólo la mexicana. Nosotros en algunas ocasiones nos hemos visto abocados a ese tipo de problemas, pero yo creo que hay que partir de que el policía tiene que tener un proyecto de vida y tenemos que introducírselo nosotros desde el momento en que ingresa a la escuela de formación policial, para que él sienta que este trabajo es su vida y es su proyección como persona y como profesional, que no tenga que ver o encontrarse caminos diferentes a través de su trasegar policial, sino que siempre entienda y encuentre que su carrera policial le llena todas sus expectativas de vida y de persona.

—¿En diversos países se han implementado reformas varias para combatir el secuestro como congelar las cuentas de los secuestrados y de sus familiares, tipificar como delito la negociación de un secuestro o que el Estado se hace cargo del secuestrado y su familia, en Colombia ¿Cuáles son los cambios legales que se han aprobado contra el secuestro, cuál es el status legal de este delito?

—Las penas por secuestro en Colombia son las más altas que tiene nuestro Código Penal (42 años, pero pueden llegar a 60 según las agravantes con la que se cometa el ilícito), pero aquí lo que ha habido es decisión para combatir el delito.

“Hay una exigencia para y del gobierno y ante un secuestro que se presente en cualquier lugar del país se hace una llamado para que todas las fuerzas, no solamente las militares sino las de policía y seguridad, se enfoquen de una manera rápida a tratar de rescatar a esa persona”.

En Colombia como en México, las víctimas de secuestro ya son sólo aquellos que cuentan con mucho poder económico. “Cualquier persona es susceptible de secuestro, básicamente por alguna actividad económica. Pero encontramos secuestros de 20 millones y 30 millones de pesos colombianos (10 mil y 15 mil dólares, aproximadamente), en que las personas realmente no tienen mucha capacidad económica; así como también hemos encontrado secuestros en los que se piden hasta cinco millones de dólares.

“Y cuando nos abocamos a casos de secuestro con vínculos en el narcotráfico, generalmente concluimos que estamos ante un ajuste de cuentas entre estos delincuentes. Estos plagios se generan porque la persona había incumplido con algún pago, porque se le había decomisado un cargamento de cocaína y, es decir, en general hablamos de aspectos de que este tipo de secuestro se producía por cuestiones relacionadas con esa actividad delincuencial. Y eso se dificultaba más porque generalmente no había como una política de denuncia ante las autoridades, sino que era manejado al interior de las familias para lograr que su familiar regresara sin ninguna complicación al hogar.”

—¿Qué le espera a México?

—¿A los ciudadanos mexicanos? Que ante todos estos hechos que se han ido presentando se vayan uniendo, que se cree una cultura de la denuncia, que no sean indiferentes y que no sean insolidarios ante los problemas ajenos. Creo que ese es el factor que más ayuda a que la delincuencia se enquiste en las sociedades. En la medida que todos sintamos que el problema de mi amigo es mi problema, que el problema de mi vecino es también mi problema, las cosas se van a solucionar. Lo importante es que retomemos las experiencias, que sientan los mexicanos que no están solos, que en Latinoamérica también hay países que han sufrido situaciones dramáticas como las que pueden estar viviendo, pero que lo más importante es que esto tiene solución y no depende de fuerzas externas, sino que las soluciones están al interior, que todos debemos solidarizarnos para que los problemas no avancen y para que se puedan generar las medidas que permitan combatirlo a tiempo.

Excelsior (Mexico)

 


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