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21/12/2008 | TERRRORISMO ISLAMISTA -RADIOGRAFÍA: La fuerza de Al Qaeda es el mensaje. El grupo de Bin Laden basa su guerra en la influencia de su marca

Eduardo Martín de Pozuelo

Al Qaeda es una organización terrorista de dimensión reducida, pero al mismo tiempo el referente ideológico del terrorismo islamista mundial. Su núcleo, es decir la auténtica raíz de Al Qaeda, no debe de pasar de unos 25 nombres, pero su capacidad de influencia en los radicales islámicos no tiene medida, según han revelado a La Vanguardia altos responsables españoles en la lucha contra este tipo de terrorismo.

 

Los últimos estudios de los servicios de inteligencia occidentales que manejan las policías europeas dibujan a Al Qaeda como una pieza, incluso menor, de una red casi inconexa de grupos islamistas radicales que operan en todo el mundo. Sin embargo, subrayan que la organización de Osama bin Laden atesora un nombre, convertido en una marca, de fábrica que ha logrado ser sinónimo de guerra santa (yihad) para unos y de terrorismo para otros. Además, sus proclamas públicas contra los que señalan como sus enemigos encuentran siempre respuesta entre fanáticos que muchas veces no habían dado el paso definitivo hacia la violencia hasta ese instante.

Dolores Delgado, coordinadora de Terrorismo Internacional de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, lo resume así: "Al Qaeda no se debe entender como una única organización mundial de terrorismo yihadista. Esa supuesta organización única no existe.

En cambio, Al Qaeda es el gran difusor de una ideología global de terrorismo islamista".

Por lo tanto, la neutralización de Al Qaeda presenta de entrada la dificultad de una existencia casi virtual que aparenta ser como un ejército cuando en realidad está constituida por muy pocas personas. De hecho, su estructura es desconocida y sólo la información proporcionada a Estados Unidos por un extremista detenido, Jamal Ahmed Mohamed al Fadl, más otros datos obtenidos por las policías y los servicios de inteligencia de medio mundo han dibujado un esquema - el que reproducimos en estas páginas-,sólo probable, de la organización que se supone oculta entre Afganistán y Pakistán.

En este gráfico, Osama bin Laden, cuyo estado de salud se desconoce, es el emir o líder de operaciones. Está asesorado por un consejo consultivo o Shura en el que se supone que participan unas 20 o 30 personas. No todas lo hacen al mismo tiempo y su papel siempre está en función del asunto que quieran tratar. Gran parte de este consejo de la internacional terrorista estaría formado por los personajes que aparecen en el gráfico de esta página.

Su influencia es tan grande, que bajo su manto se crean campos de entrenamiento de muyahidines que se preparan para suicidarse. Estos aprendices de terroristas se sienten de Al Qaeda sin haber visto nunca, salvo en vídeo, a ninguno de sus líderes y sólo conocen su doctrina por internet o por mediación de otros extremistas más avezados que se dedican al proselitismo.

Al Qaeda no tiene, salvo pocas excepciones, ataduras directas con los grupos terroristas islamistas que actúan por todo el planeta. Esos grupos, aun así, se sienten supeditados a la doctrina y las directrices de Al Qaeda.

El mensaje es claro: la violencia es necesaria para implantar el Estado islámico. Luego, cada grupo actúa por su cuenta y, después, Al Qaeda pone su sello al asumir el atentado.

"Por ser una red tan difusa, los juristas occidentales debemos plantearnos nuevamente qué es terrorismo o, mejor dicho, a qué llamamos organización terrorista", explica la fiscal Dolores Delgado. "El terrorismo que emana de Al Qaeda tiene características tan especiales, que el principal problema jurídico con el que nos enfrentamos cuando se desarticula una célula islamista en España o en Europa es precisamente acreditar que se trata de una organización terrorista - explica la jurista-.Quien espere encontrar en el extremismo islamista un hilo del que tirar que conduzca hasta la cúpula se equivoca. En el caso de ETA, por ejemplo, es relativamente fácil probar la pertenencia a la banda de un detenido y, por tanto, acusarle de terrorismo, pues está acreditado y asumido que se trata de una organización jerárquica en la que todos están conectados. Sin embargo, esto no ocurre con las células islamistas, pues al ser difusas e inconexas la demostración de que es un grupo terrorista se basa en indicios, a veces muy sutiles".

"Después de un atentado islamista, es fácil demostrar que los autores formaban parte de una organización terrorista. El problema reside en demostrarlo antes", afirma la fiscal Delgado.

Grandes mentirosos- La Fiscalía destaca la habilidad de los terroristas para camuflarse.

El alto grado de corrupción en Afganistán y Pakistán dificulta la búsqueda de los terroristas

Los terroristas islamistas son grandes simuladores, L mentirosos extraordinarios que visten a la occidental, beben alcohol o fuman porros sólo para confundir a los investigadores. Durante los interrogatorios a personas sobre las que recaen pruebas sólidas de su pertenencia al terrorismo islamista, es habitual que digan que beben, fuman y frecuentan mujeres como argumento para demostrar su inocencia. Hemos comprobado que, para lograr sus objetivos en la yihad, pueden incumplir preceptos de su religión", explica Dolores Delgado, coordinadora de Terrorismo Internacional de la Fiscalía de la Audiencia Nacional.

Esta triquiñuela constituye una dificultad más en la investigación de este fenómeno, ya que el perfil difumina y confunde los segmentos sociales que a priori resultarían sospechosos. Mandos españoles de la lucha antiterrorista, que piden permanecer en el anonimato, subrayan este factor sobre el que debaten con sus colegas de la UE.

Recuerdan, así, que los detenidos en Gran Bretaña con motivo de los atentados de Londres eran personas integradas en la sociedad y que casos similares se están dando en España, Francia, Alemania o Bélgica que citan sólo como ejemplo.

Los mismos agentes también alertan del crecimiento de Al Qaeda en las Tierras del Magreb Islámico (AQMI), franquicia de Al Qaeda en la que se ha convertido el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) argelino, que ahora avanza en Marruecos y que ampara y anima a extremistas que ya viven en Europa.

Este caldo de cultivo de extremismo tan próximo geográficamente se suma al ya tradicional de Pakistán y Afganistán, de donde están regresando terroristas que en su día partieron de Europa. Así, el pasado día 10, la policía belga detuvo a 14 personas que se supone que tramaban un atentado contra la reunión de la Unión Europea que comenzaba en Bruselas. Tres de los detenidos acababan de regresar de Afganistán y uno de ellos, al parecer el jefe, se había despedido de su familia para suicidarse.

Pocos días antes de estas detenciones, el presidente del Tribunal Supremo iraquí había dicho a una delegación judicial española: "Ustedes plantaron las rosas y ahora se pincharán con las espinas", en referencia a los extremistas captados en Europa que regresan, con experiencia adquirida en Afganistán, dispuestos a combatir suicidándose para matar.

El panorama del terrorismo de origen islamista en Europa lo pintan los especialistas como muy peligroso pero suficientemente controlado. Sin embargo, reconocen que se complica mucho por "el alto grado de corrupción que hay en Afganistán y Pakistán, que impide investigar correctamente", en palabras textuales de uno de los principales responsables españoles de estas investigaciones, que añade con total convencimiento: "En esos países están ganando los talibanes".

La Vanguardia (España)

 



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