La policía italiana detuvo ayer en Calabria a Francesco Vottari, jefe del clan de la ´Ndrangheta y presunto autor del asesinato en la Navidad del 2006 de Maria Strangio, un crimen que desencadenó la matanza de seis personas el pasado 15 de agosto en Duisburgo (Alemania). Una masacre en la que murieron seis miembros de los clanes Vottari, Pelle y Romeo, que fueron tiroteados y rematados de un tiro en la cabeza por sicarios de sus rivales Nirta-Strangio cuando salían de su pizzería ubicada cerca de la estación de la ciudad germana.

Francesco Vottari, de 36 años, fue detenido en su residencia de Bovalino, próxima a San Luca, en el sur de Italia, y estaba en busca y captura desde el pasado 30 de agosto por su relación con la matanza de Duisburgo o, mejor dicho, con la guerra entre familias en la que está inmerso.

La residencia de Vottari había sido registrada el 25 de septiembre, pero en aquella ocasión los agentes encontraron un búnker en su interior que estaba vacío. Ahora han tenido más suerte.

Para interpretar correctamente la detención de Vottari, es necesario comprender que la matanza de Duisburgo fue el penúltimo capítulo de una historia de venganzas sucesivas que arrancó públicamente en el pueblo de San Luca durante los carnavales de 1991 con un trivial lanzamiento de huevos que desembocó en una pelea callejera que terminó con dos muertos y dos heridos. Entonces se inició un ajuste de cuentas entre partidas rivales que se salda - por ahora- con 15 asesinatos entre los que se cuentan los seis de Alemania y la muerte, en diciembre del 2006, de Maria Strangio, esposa de Giovanni Nirta, el capo del clan que cometió los asesinatos de Alemania.

Sin embargo, dado el modo de ser mafioso, lo más probable es que la pelea inicial de 1991 obedeciera en realidad a rivalidades económicas jamás reveladas por sus protagonistas que motivaron el malintencionado lanzamiento de huevos que dio paso a la serie de enfrentamientos iniciados hace 16 años.

La ´Ndrangheta, como las restantes organizaciones criminales italianas, no es sólo una compleja banda de malhechores, sino una forma de interpretar la vida, impregnada de ideas reaccionarias y valores que chocan frontalmente con la democracia y los más elementales derechos humanos. Una organización que se ocupa a su manera de política, como lo demuestra el asesinato, el 16 de octubre del 2005, del vicepresidente regional de Calabria, Francesco Fortugno, acribillado en Locri por un encapuchado.

Tal como son, nadie se engaña y en Calabria todos saben que la disputa por la que ha sido detenido Vottari sólo terminará con la eliminación total de alguna de las familias rivales.