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24/11/2005 | Perspectiva regional para América Latina y el Caribe

Banco Mundial Staff

El producto interno bruto (PIB) de la región de América Latina y el Caribe aumentó un 4,5% en 2005, frente al casi 5,8% del año anterior. En Argentina, Uruguay y Venezuela, que crecieron muy rápidamente en 2004, la desaceleración fue más pronunciada y ya recuperaron gran parte del producto perdido luego de profundas recesiones. Si excluimos estos países, la desaceleración del crecimiento de la región fue menor.

 

El producto interno bruto (PIB) de la región de América Latina y el Caribe aumentó un 4,5% en 2005, frente al casi 5,8% del año anterior.
En Argentina, Uruguay y Venezuela, que crecieron muy rápidamente en 2004, la desaceleración fue más pronunciada y ya recuperaron gran parte del producto perdido luego de profundas recesiones.

Si excluimos estos países, la desaceleración del crecimiento de la región fue menor: pasó del 4,7% al 3,9%, en gran parte debido a los malos resultados del primer trimestre en Brasil y México (el crecimiento en esos países mejoró desde entonces).

Otros países, como Bolivia, Chile, Colombia, Perú y la mayor parte de América Central, continúan creciendo al mismo ritmo que en 2004. De ese modo, a pesar de la tasa de expansión más moderada, el crecimiento de la región sigue siendo sólido y muy superior al crecimiento promedio del 2,5% de los últimos 20 años.

Este buen desempeño refleja las condiciones externas positivas y un mejor marco de políticas económicas internas.

Si bien se registró una disminución respecto de los altos niveles del año pasado, el crecimiento del comercio y del PIB de la región sigue siendo vigoroso y ha alcanzado el 6,2% y el 3,1%, respectivamente.

Este rápido crecimiento y las restricciones de la capacidad impulsaron los precios de los productos básicos a niveles altos (aunque los precios de algunos productos básicos no petroleros están disminuyendo) , lo que ha hecho aumentar los ingresos y la demanda interna de la región.

Las bajas tasas de interés y la sustancial reducción de la percepción del riesgo asociado con la región por parte de los inversionistas también contribuyeron a aumentar la inversión (al 11%) y el ingreso de flujos de capitales.

Desde octubre de 2005, los márgenes de los bonos latinoamericanos cayeron a cerca de 300 puntos básicos, menos de la mitad de su nivel promedio durante el período 2000-03.

Si bien estas reducciones en las primas de riesgo se debieron en parte a un exceso de liquidez mundial, también fueron sostenidas por la reducción de los requisitos de financiamiento, la mayor utilización de financiamiento mediante deuda interna, la liberalización del comercio internacional, la adopción de tipos de cambio más flexibles y una gestión fiscal más prudente, además de menores coeficientes deuda-PIB.
De hecho, a diferencia de lo que ocurrió con los bonos corporativos de los Estados Unidos, cuyas primas de riesgo aumentaron recientemente, las primas de riesgo de la deuda soberana de América Latina se mantuvieron prácticamente estables cuando el Banco de la Reserva Federal intensificó la restricción de su política monetaria.

Si bien los niveles importantes de actividad y los altos precios del petróleo generaron un aumento de la inflación en varios países, en otros la inflación está disminuyendo.

Para la región en su conjunto, la inflación se moderó durante los últimos seis meses y se mantenía cercana al 5% en septiembre de 2005, muy por debajo del pico del 7,4% registrado en el segundo trimestre de 2003.

 América Latina y el Caribe resumen de pronósticos
       91-00     2003     2004     2005     2006     2007     07-15  
    1. PIB a precios de mercado     -1.8     2.1     5.8     4.5     3.9     3.6     3.6  
    2. PIB per cápita, const. US$     -3.3     0.6     4.4     3.1     2.5     2.3     2.4  
    3. PIB PPA     3.5     2.1     5.5     4.3     3.9     3.6       
    4. Consumo privado     4.3     1.2     5.4     3.6     3.5     3.3       
    5. Consumo público     2.0     1.3     1.3     3.8     3.5     2.3       
    6. Inversión en capital fijo     4.3     0.5     12.8     11.2     8.6     6.2       
    7. Exp. de bienes y ser.     8.6     5.2     12.4     6.2     6.6     7.5       
    8. Imp. de bienes y ser.     11.1     2.3     12.3     9.7     9.1     8.2       
    9. Exp. netas, influencia en el crec.     -0.4     0.7     0.2     -0.7     -0.6     -0.2       
    10. Bal. en cuenta corr, % de PIB     -2.5     0.7     1.2     0.9     0.0     -0.7       
    11. Deflactor del PIB (med, mon. local)     12.8     9.0     8.2     7.6     6.3     4.7       
    12. Equilibrio fiscal, % del PIB     -2.6     -2.7     -1.6     -1.9     -1.9     -1.3       
    LAC excl. Argentina          1.1     5.2     3.8     3.8     3.6       
    El Caribe          3.1     2.1     3.3     4.5     4.3       
    América Central          2.2     3.2     3.3     3.4     3.6  

De acuerdo con las proyecciones, el PIB de la región en su conjunto se desacelerará aún más, hasta alcanzar aproximadamente un 3,6% en 2007. Esto en parte se debe a la vuelta a tasas de crecimiento más sostenibles (las tasas de utilización de la capacidad de varios países están en niveles históricamente altos) y en parte a la influencia de factores externos. Se espera que los altos precios del petróleo restrinjan la demanda interna en los países importadores de petróleo, en especial en la región del Caribe, donde la dependencia del petróleo importado para la generación de electricidad es particularmente severa.

Se estima que la magnitud de la pérdida de ingreso neto asociada con los altos precios del petróleo sea mucho más pronunciada durante este año y los siguientes, ya que no se prevé que los precios de los productos básicos no petroleros vayan a aumentar como lo hicieron durante el período 2000-03.

En particular, se espera que el aumento en la oferta mundial de azúcar y la liberalización de los precios de la Unión Europea de este producto modere los precios de los productos básicos y las ganancias de los exportadores de productos agrícolas en general, y en especial en los países del Caribe.

Las perspectivas son mejores para los exportadores de metales y minerales.
Si bien hay indicios de una moderación de la demanda mundial de algunos de estos productos básicos, los inventarios siguen bajos y no se espera que los precios bajen antes de 2006.

De acuerdo con las proyecciones, el crecimiento de los exportadores de estos productos básicos se desacelerará levemente, a medida que se reduzca la contribución de los ingresos y la producción del sector de productos básicos al crecimiento.

También se espera la desaceleración de la actividad económica de los países exportadores de petróleo de la región debido a las restricciones de la capacidad en la producción de petróleo y la estabilización de los ingresos provenientes del petróleo. Conforme a las proyecciones, el PIB de estos países, tomados en su conjunto, registrará una expansión del 3,9% y del 3,6% en 2006 y 2007, respectivamente.

En términos generales, se espera que en 2006 los altos precios del petróleo y la moderación de los precios de los productos básicos no petroleros causen una disminución de aproximadamente el 0,8% del PIB en los saldos en cuenta corriente de los países importadores de petróleo, que se sumaría a la baja del 1,9% estimada para 2005.
El aumento de las importaciones de los países exportadores de petróleo debería limitar la recuperación de sus saldos en cuenta corriente, por lo que se prevé que el déficit en cuenta corriente de la región en su conjunto se mantendrá cercano al equilibrio en 2006 y 2007.

Algunos países (en particular los exportadores de petróleo) subsidian diversos precios del petróleo, lo que genera un costo fiscal sustancial  debido al aumento de los precios de la energía. Por lo tanto, se prevé que los déficit del gobierno de los países importadores de petróleo se deteriorarán, a menos que las autoridades reduzcan la magnitud del subsidio.

En el caso de los países exportadores, el problema se manifiesta en términos de ingresos sacrificados, la imposibilidad de reducir la deuda y, como los precios internos del petróleo no reflejan los aumentos, una estructura económica ineficiente en el sector de energía.

A mediano plazo, los ciclos políticos de elecciones pueden afectar a las perspectivas de crecimiento.
De los principales países de América Latina, Brasil, Colombia, México y Perú tendrán elecciones en 2006 (en Venezuela están programadas para diciembre de 2005, y Bolivia, Costa Rica, El Salvador y la República Dominicana tendrán elecciones en el período 2006-07).

Aunque es probable que se registre un aumento del gasto público antes de las elecciones, el verdadero riesgo del ciclo político es que son pocas las reformas estructurales de importancia que se iniciarán o se completarán antes de la finalización de las elecciones.

El sendero futuro de las tasas de interés y de las primas de riesgo representa un riesgo clave para la región, en especial para los países altamente endeudados y para aquellos que ya presentan importantes déficit en su cuenta corriente.
Un aumento de este tipo podría desatarse a raíz de una crisis petrolera, dudas en torno a la sostenibilidad de las políticas fiscales de los países desarrollados, o el financiamiento del déficit en cuenta corriente de los Estados Unidos.

La mayoría de los países de la región han aprovechado las bajas tasas de interés para reestructurar su deuda y reducir su exposición al riesgo de tasa de interés. Históricamente, los altos niveles de la relación entre reservas y deuda externa a corto plazo suponen un reducido riesgo de liquidez.

Un menor endeudamiento, una mayor dependencia de la deuda interna y mercados de derivados más desarrollados conllevan un riesgo corporativo y soberano (en especial el riesgo cambiario) mucho menor en la actualidad que, por ejemplo, a mediados de la década de 1990.

Además, hoy no existe ningún auge crediticio como sí lo hubo en expansiones anteriores. Dada la mayor capitalización y mejor supervisión y regulación de la banca, ahora es menos probable que una eventual alza en la tasa de interés y reversión de los flujos de capitales puedan provocar una crisis financiera.

Sin embargo, el alza de 200 puntos básicos en las tasas de interés a nivel mundial, y la desaceleración mundial resultante, podrían tener graves consecuencias para la región.

Las simulaciones sugieren que un aumento de esta magnitud en las tasas de interés provocaría una contracción del PIB regional (con respecto al del escenario de referencia) de alrededor del 2% para los próximos años, lo que implicaría graves consecuencias para la pobreza de la región.

Es probable que los efectos más significativos se observen en países altamente endeudados, como Brasil, Colombia y Uruguay, donde el aumento de las tasas de interés generaría importantes costos fiscales adicionales y exigiría recortes en el gasto que agravarían la desaceleración.

Si bien la región en su conjunto es exportadora de petróleo y un aumento de los precios de ese producto representaría un impacto positivo en la relación de intercambio, una nueva alza de los precios del petróleo como consecuencia de una fuerte perturbación de la oferta constituye un gran riesgo para los importadores de petróleo. Es probable que esto también afecte a los países exportadores de petróleo, si bien el efecto se produciría de manera indirecta. Se estima que un recorte de dos millones de barriles por día en la oferta mundial de petróleo provocaría una contracción de la demanda mundial que acarrearía una reducción del 1,3% del PIB de la región en comparación con el escenario de referencia, y generaría asimismo un rápido incremento de la inflación.

Es probable que los efectos sean particularmente importantes para los países de América Central y el Caribe que dependen del petróleo para la generación de electricidad, dado que el consumo de productos no petroleros y la inversión probablemente se reduzcan para poder pagar el mayor costo del petróleo, y las consecuencias serían graves para la reducción de la pobreza.

En algunos de estos países, los saldos fiscales y los saldos en la cuenta corriente ya se han visto seriamente afectados por el aumento de los precios del petróleo. Sin embargo, en ciertos países se ha observado una tendencia hacia un aumento de las remesas que ayuda a compensar algunos de estos costos.

Para el período 2006-15, se prevé un crecimiento del PIB de la región del 3,6% anual y un aumento promedio de los ingresos per cápita del 2,3%.
Las perspectivas de lograr esta satisfactoria expansión aumentaron debido a la considerable reducción de los desequilibrios fiscales en los últimos años y de los incentivos distorsionadotes de precios que han obstaculizado el crecimiento.

Como resultado de estas medidas, la región se encamina a alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio con respecto a la pobreza. Sin embargo, su desempeño ha sido inferior en relación con otras regiones en desarrollo, en especial Asia, pero también Europa y Asia central.

Para que el desempeño económico continúe mejorando, se requiere que los gobiernos consoliden las recientes mejoras de las políticas y establezcan políticas microeconómicas estructurales clave (en particular aquellas orientadas a mejorar la infraestructura, la educación y reducir el costo de hacer negocios) de modo de mejorar su competitividad. Para ello, será necesario mantener un énfasis permanente en las políticas macroeconómicas de estabilización y en la reforma de las políticas estructurales. Las políticas deberían focalizarse en restringir el gasto público durante los períodos de reactivación, como en el caso del auge actual de los precios de los productos básicos, y también deberían centrarse en el planeamiento presupuestario a mediano plazo.

Un régimen tributario y de gasto público más estable podría reducir la tendencia de la política fiscal en la región a actuar procíclicamente, aumentando el gasto público en las épocas buenas y luego recortándolo en los períodos de menor crecimiento.

Asimismo, el crecimiento económico y la asignación de los recursos también podrían mejorarse a través de un aprovechamiento más eficiente del gasto público y de la transferencia de recursos hacia proyectos que promuevan el crecimiento, como el desarrollo de infraestructura, la erradicación de la pobreza, la educación y la mejora de la salud.

Banco Mundial (Organismo Internacional)

 



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