El Plan Integral de Educación Militar, expuesto en la Resolución No. 017621 del ministro de la Defensa, ha causado justificada alarma. En los hogares tiemblan de sólo imaginar que sus párvulos puedan exponerse a una cátedra que tendrá el propósito de concienciarlos para participar en la madre de todas las batallas contra "la planta insolente del extranjero", o contra la "burguesía apátrida". La alarma es justificada, no se trata de chalequearla ahora, pero quizá más por los fundamentos de la disparatada "pedagogía" que por las trincheras que se puedan abrir partiendo de lo que enseñe a unos niños inocentes y entusiastas. Sobre la enormidad del dislate teórico en el cual se sustenta esa "pedagogía" se dirán de seguidas algunas cosas, a sabiendas de que no sonarán como música del cielo en patrióticos oídos.
Empecemos por lo más arduo. La Resolución No. 017621, que más bien pudiera llamarse disparate 017621, dice que parte de "las bases ideológicas de nuestro Libertador Simón Bolívar" con el objeto de fortalecer aspectos como estos: "La nueva ética socialista, el modelo productivo socialista, el desarrollo del país como potencia energética mundial, la nueva geopolítica internacional y la suprema felicidad social". La "suprema felicidad social" ya se ha logrado, como se informará al final de la columna, pero sobre la pretensión de acceder a los primeros logros no sería vano preguntarse cómo van a hacer el ministro y sus profesores cuando busquen el fundamento de sus lecciones en lo que pensó Bolívar entre 1811 y 1830 sin atinar con los propósitos que realmente acariciaba. ¿La nueva ética socialista y el sistema productivo socialista? Bastante improbable en el ideario de un político que perdía el sueño por el temor que le provocaba "el volcán de la pardocracia" -vocablos que él usaba- y por la defensa de la propiedad heredada de tiempos coloniales. ¿La creación de una potencia energética mundial y la nueva geopolítica internacional? Mucho muy dificultoso. El inspirador de la teoría apenas estaba pendiente de asuntos como el estanco del tabaco o el mercado de los cueros de res, mientras el petróleo apenas se usaba para calafatear barcos y para curar el reumatismo; o se afanaba el estadista, movido por la sensatez, en hacer negocios con la imperial y liberal Inglaterra.
Como el disparate 017621 también quiere que los educandos se conviertan en "seres pensantes" que trabajen por el desarrollo endógeno, acude a los ideales de Ezequiel Zamora para complementar y enriquecer los de Bolívar. Aparte de un famoso lema que machaca el presidente Chávez, difícilmente se encontrará pensamiento en un caudillo que jamás lo tuvo. En consecuencia, tampoco topará el ministro con provisiones para esos educandos llenos de discernimiento a quienes pretende formar convirtiendo a Fuerte Tiuna en Instituto Pedagógico. En todo caso, el disparate 017621 insiste en presentar al general Ezequiel como "la base ideopolítica del socialismo del siglo XXI". Menos mal que el titular de la Defensa incluye entre las fuentes de su programa a Simón Rodríguez y a lo que han bautizado como "sistema robinsoniano". Nadie puede negar que en la cabeza del célebre maestro sobrarán las ideas, pese a que no se tenga seguridad de que puedan sintonizar con la actualidad. O, para hacer también alusiones anacrónicas, pese a que un hombre tan ponderado como el Mariscal de Ayacucho considerase que el maestro Rodríguez era muy atropellado y arbitrario para tenerlo como inspiración de su gobierno. Sea como fuere, de esta mezcla de un árbol de tres raíces a cuya siembra se dedicó hace quince años un desatinado labrador, el disparate 017621 va a formar "un nuevo pensamiento militar" del cual se sacarán los contenidos para la educación de los niños venezolanos. ¡Santo Dios de los ejércitos!
El tema de "la suprema felicidad social" no se trata con pausa en el disparate 017621, pero con sobrada justificación. El Grupo Gis XXI, que dirige el teniente Jesse Chacón para la investigación de la sociedad actual, acaba de concluir una encuesta de 2.500 entrevistas en 24 estados, con resultados a través de los cuales se puede entender que el Ministerio de la Defensa prefiriera la exploración de otros caminos para su pedagógica misión. De acuerdo con el sondeo: "La inmensa mayoría de la población venezolana es Muy Feliz/Feliz". Las cuentas del teniente Chacón se desmenuzan así: "82%, Muy Feliz/Feliz; 13%, Ni Feliz/Ni Infeliz; 4%, Infeliz/Muy Infeliz; No sabe, no contesta, 1%". Cuesta trabajo entender cómo se pueden formular preguntas sobre la dicha de las personas como si se tratara de averiguar las reacciones de las amas de casa ante el precio de la cesta básica, pero tal vez la extravagante inquisición hiciera que el disparate 017621 no fuese más disparatado. Imagínense un estudio de los catedráticos del Ministerio de la Defensa para pedirle explicaciones a Zamora sobre cómo vivir en el jardín de las delicias, para después transmitirlo a los niños. Pero la encuesta aporta una conclusión de interés, por lo menos: un 1% de personas caracterizadas por la sensatez se negaron a contestar, o manifestaron su ignorancia sobre la materia. Debemos suponer que ante el disparate 017621 del Ministerio de la Defensa las reacciones negativas serán, al contrario, enfáticas en su inmensa mayoría, aunque no fuera sino para compartir la satisfacción de probar que no somos un rebaño de desventurados.