La descripción que se hará de seguidas sobre sucesos ocurridos en El Nula, tomada de los datos que suministra un equipo pastoral de la Compañía de Jesús, fundamenta las preguntas y siembra una preocupación difícil de disipar.

La región fronteriza de El Nula es controlada en la actualidad por tres grupos irregulares que siembran el terror e imponen su ley. Los grupos más fuertes vienen de Colombia -las FARC y el ELN-, mientras un movimiento nacional llamado Frente Bolivariano de Liberación (FBL) se hace cada día más vigoroso y activo. Los habitantes de la región hablan de la influencia que los irregulares ejercen sobre los poderes locales del Alto Apure, debido a que no ocultan la asiduidad de unos contactos que se realizan a la luz del día y ante a quien los quiera observar. La actividad de los invasores y del grupo nacional ha aumentado debido a las facilidades que ofrece la autoridad y a las ventajas que pueden sacar de un territorio extenso y rico, motivo que ha generado combates entre ellos por el predominio. Mientras los poderes regionales se mantienen en la mudez, o se ocupan de redactar informes sigilosos que son archivados en el Palacio de Miraflores y en la sede del Ministerio de la Defensa, los guerrilleros protagonizan escaramuzas constantes para establecer su hegemonía. A veces ganan las FARC y a veces el ELN, como protagonistas de un pugilato en el que apenas se asoma el FBL y cuyo corolario es la desolación generalizada.

Para controlar a la población campesina los guerrilleros han escogido el método de las muertes selectivas. Escogen a sus víctimas para amedrentar al resto en una operación cuyas estadísticas arrojan la liquidación de 40 individuos en lo que va del año, la mayoría jóvenes entre los 15 y los 30 años de edad. En las parroquias de San Camilo y Urdaneta han impuesto el terror del sicariato, hasta el extremo de generar una sumisión por la cual estaría de plácemes una monarquía absoluta. Como producto de sus ajustes de cuentas, los guerrilleros han dispuesto recientemente los reclutamientos forzosos. Han querido superar el vacío de las deserciones y de las bajas provocadas por sus combates, mediante la incorporación obligada de los muchachos del lugar. Persiguen a los niños para convertirlos en escudo de protección y en carne de cañón, atrocidad que ha generado el desplazamiento masivo de las familias campesinas. De allí el abandono de parcelas cultivadas entre privaciones, pero también la disminución de la matrícula escolar. Cuando sus criaturas van a cumplir 10 años se inicia la mudanza de toda la parentela, que pierde las labranzas y se olvida de las escuelitas rurales para salvar de la explotación y la muerte a los más pequeños.

Según el desgarrador informe de los padres jesuitas, cerca de 100 personas que representan a 32 núcleos familiares del sector denominado Santa Inés se han desplazado recientemente sin llevarse siquiera las herramientas que utilizan para las siembras. Los poderes del Estado están enterados de estas dolorosas migraciones, como también del sicariato y de las batallas habituales, pero permanecen impasibles. Los componentes del Fuerte Yaruro viven en otro planeta, una distancia abismal que también viven cómodos los componentes de la Guardia Nacional, las comisiones de la Disip y los policías de las municipalidades. Sobre este punto escriben los religiosos: "No hay de parte de los órganos de seguridad del Estado y del Gobierno Nacional ningún tipo de respuesta eficaz que garantice la protección de la población en la zona fronteriza. Los llamados operativos de seguridad terminan siendo instrumentos represivos y vejatorios de la población, cometiéndose violaciones de los derechos humanos mientras los grupos armados siguen operando ilícitamente y controlan la zona, sin que haya una acción inmediata y eficaz contra quienes han sembrado el terror".

Chávez se ha aficionado al mensaje del amor, sin abandonar su predilección por el discurso de la soberanía nacional. ¿No tiene conocimiento de estas dramáticas historias? ¿No saben, él y su ejército "nacionalista", lo que saben y comunican los valientes jesuitas? ¿No podrá dejar la epopeya contra el imperio para ocuparse de situaciones en las cuales está comprometida su responsabilidad? Las preguntas también se remiten al general Baduel, en caso de que se sienta concernido.

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