Cómo afecta la decisión de EEUU de sancionar a Pdvsa? En el plano económico, el costo directo de esta medida podría considerarse inocuo. No hay una prohibición de compra de petróleo y las restricciones de financiamiento y licitación no afectan la operación actual. En el caso del gobierno venezolano, tampoco parece probable que su reacción incluya prohibir despachos a ese país, toda vez que sin esos reales no podrían pagar ni la luz para el micrófono desde donde lanzan discursos antiimperialistas. 

Pero sí podrían haber costos indirectos. El incremento del riesgo de Pdvsa y del país encarecería la deuda externa, complicaría las operaciones de financiamiento y desestimularía, aún más, las inversiones extranjeras. Asimismo, la prohibición de licitar en suelo americano podría afectar las operaciones de empresas privadas locales del sector de servicios petroleros, cuya situación luce incierta. 

A nivel de los costos potenciales, el más relevante depende de la respuesta de Venezuela. Si elevan la intensidad y publicidad de su relación con Irán podrían provocar un "upgrade" de las sanciones americanas y enredarse el papagayo. Moviéndonos al plano político, la cosa es más interesante. Sin duda que la percepción del país frente al mercado económico internacional se deteriora, pero la decisión unilateral de EEUU también ayuda a Chávez a fortalecer su condición de paladín antiunipolaridad, un activo nada despreciable, incluso en algunos países europeos. 

Pero el gran tema es el impacto en la política interna. En primer lugar, un castigo impuesto por un país grande a uno pequeño, que no está focalizado en una persona (el culpable) sino en un genérico que afecta a la población (Pdvsa) es impopular por definición. 

Por otra parte, una decisión contra la principal empresa venezolana es fácil de vender como una violación de soberanía. ¿A quiénes creen que conectarán en Venezuela los emisores del castigo con las explicaciones que sustentan las sanciones? Obviamente a los segmentos que conocen y rechazan la política internacional del gobierno venezolano. Pero ¿son ellos la mayoría? No. La mayoría es independiente y si las sumas con alguno de los extremos (en este caso particular el chavismo) estarás hablando de tutirimundachi. ¿Qué impacto tiene el discurso de Chávez donde le pregunta a la población si creen aceptable que un país prohíba a otro soberano las ventas extraterritoriales de un bien legal, es decir que no se conforme con prohibirle a las empresas que operan en su territorio que le vendan a alguien, sino que diga que nadie en el mundo le puede vender nada? No perdamos el tiempo hablando de lo terrible que es Irán y su política armamentista, de las decisiones de la ONU. Por encima de todo, hay un punto central en la mente de la gente: yo le vendo petróleo a quien quiera, como tú le vendes de todo a quien te da la gana. Esa es una inviolable lógica popular. 

En el medio de un entorno político en que Chávez ha perdido popularidad y fallado en sus estrategias para recuperarla, encender el rechazo a la agresión imperialista y colocar el debate alrededor de este "lomito" mientras se desvía la discusión sobre la inflación, la caída de consumo, el desabastecimiento y el deterioro de la infraestructura es tan papaya y rentable, que da pena hablar de eso. No podemos saber si Chávez podrá explotarlo por un rato largo o será flor de un día, ante la inteligente reacción opositora que le impide usarlo como una polarización interna que alargue el debate. Pero algo está claro. La medida es un regalito americano para el Presidente que detestan. La incertidumbre es si él puede o no capitalizarlo para cambiar la ruta negativa que su popularidad trae desde el 2006. No creo que sea para tanto, pero en política los eventos estrambóticos cuentan.