Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
En Parrilla  
 
25/03/2006 | AMBICION SEPARATISTA - Con un pistolón al cinto

M. Martín Ferrand

La ambición separatista que, con diferencias modales, anima a grupos y partidos en el País Vasco y Cataluña lleva consigo una fehaciente acción separativa.

 

De ahí buena parte de la dolorosa fatiga que acompaña al hecho sentimental de ser español. Vivir conscientemente la realidad constitucional presente es algo parecido a instalarse en un quirófano a la espera de que, no necesariamente con anestesia, nos amputen alguna extremidad. Eso cansa mucho. Tanto como nos abrumará en los días venideros el anuncio de «alto el fuego permanente» que, con especial oportunidad, ha vinculado la acción de la banda terrorista vasca con la invención de la nación catalana.

Ignoro cuántos puedan ser los etarras activos que, fuera de las cárceles, integren hoy el operativo de la siniestra organización. Según los expertos a los que he podido consultar, pueden cifrarse entre las cinco y las veinte docenas de personas. Resulta pasmoso que tan poco personal, representado por tres figurones con máscara y chapela, sea capaz de amplificar su voz hasta el punto de que resulten inaudibles todas las demás. ETA, su problema y nuestra solución, ha pasado a ser el monotema de la vida política nacional. Quizá buena parte de la fuerza etarra esté, sencillamente, en nuestra debilidad colectiva y en el mal entendimiento de que nuestro sistema de libertades, que es indiscutible, pueda ser utilizado por otros y en nuestro propio perjuicio.

Para la interpretación de la patología independentista, no siempre de sencilla comprensión, hay dos voces que me resultan insustituibles. Una, la de Jon Juaristi, es el fruto de una experiencia biográfica cuajada en la inteligencia y expresada con brillantez. La otra, la de Albert Boadella, es la síntesis que sólo permite el humor y que, por resumir, entiende que ser mudo es mucho más «diferencial» que hablar catalán en lugar de castellano. Ambos, tan distintos, pueden sernos de especial utilidad en los tiempos venideros, en los que, aun en el supuesto de un final feliz, viviremos la tribulación de la oscuridad y el confusionismo.

El terrorismo cristiano -llamémoslo así para diferenciarlo del islamista y agrupar las distintas modalidades europeas- ha decaído en fuerza y en presencia. No sólo ha perdido soporte social, cuantitativa y cualitativamente, sino que sus manifestaciones asesinas, incluso en sus balances más sanguinarios, resultan pálidas en el contraste con el 11-S norteamericano o el 11-M español. En consecuencia, ETA, empeñada en establecer paralelismos con el muy diferente caso irlandés, busca nuevos caminos. Acorralada por las policías francesa y españolas, pero con un pistolón al cinto, no renuncia a sus objetivos y cambia el método. Era previsible, seguramente estaba previsto y lo que ahora importa es que el mosaico partidista democrático no favorezca la estrategia de un grupo totalitario y asesino.

ABC (España)

 



Otras Notas del Autor
fecha
Título
19/02/2008|
21/05/2006|
05/05/2006|
28/03/2006|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House