La gestión económica del gobierno ha agotado aceleradamente los recursos y alternativas financieras de la nación. El endeudamiento por los cielos, y las reservas por el piso. La administración actual se ha caracterizado por expropiaciones, controles, la agresión contra la iniciativa privada y la concentración de la actividad económica en el sector público. Con el modelo oficial los ajustes no se harán esperar, se acercan nuevas devaluaciones, impuestos y más controles. ¡Estamos mal y vamos para mucho peor!

La alternativa es sencilla pero fuera del alcance del régimen actual: Confianza y crecimiento.

Tenemos un país donde la iniciativa económica privada está congelada. No hay confianza, no hay estabilidad, ni condiciones económicas favorables para que arranquen las inversiones privadas y los emprendimientos individuales.

Venezuela ha retrocedido tanto que apenas saca petróleo del subsuelo para canjearlo por comida y alguito más. ¡Qué tristeza!

Un nuevo gobierno de la oposición, de acuerdo con los lineamientos expuestos por el candidato Capriles, tomará la alternativa del crecimiento como elemento fundamental para el mejoramiento de la calidad de vida de todos.

El renacimiento de la confianza provocará el resurgimiento de la inversión privada y la reactivación de una economía apagada.

Tomaremos el círculo virtuoso del crecimiento donde el incremento de la inversión privada y del consumo fortalecerán al sector público que también crecerá y profundizará los programas sociales. Todos sumaremos y lograremos una economía más grande, con crecimiento sostenido, donde todos progresemos.

El crecimiento será el "gran ajuste" del programa económico de Capriles. Crecer permitirá que la deuda se haga relativamente más pequeña. Crecer servirá para que el gobierno y la industria petrolera necesiten contratar más personal sin que sobre nadie. Crecer servirá para que "todos vivamos mejor". ¡Hay un camino!

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