Esa última nacionalización, frenó el desarrollo de un recurso que hubiese contribuido a resolver los problemas fiscales en la nación andina. Poco más de una década después la inflación en Bolivia alcanzaba al 20.000% por año.

Pero es una decisión soberana de Bolivia. Lo que nos angustia es que se haya tomado a raíz de una reunión en La Habana con los presidentes de Cuba y Venezuela, quienes anunciaron que se encargarían de solucionar los problemas de Bolivia. Quedó en el ambiente la impresión de que Morales había ido a la isla a recibir instrucciones. Incluso, el vicepresidente de Bolivia reconoció la participación de Pdvsa en el decreto.

Por otra parte, desde Venezuela, el presidente Chávez se muestra ferviente partidario de la tesis de la integración energética suramericana; sin embargo, una cosa es lo que dice y otra lo que hace.

El mayor inversionista en el gas de Bolivia no es otro que Petrobrás, empresa petrolera estatal de Brasil, que ha invertido más de 1.500 millones de dólares en ese sector del país vecino. El 57% de los requerimientos de gas de Brasil provienen de Bolivia en campos operados por Petrobrás y Repsol.

Estos hechos se producen en un año electoral para el Brasil, causándole potencialmente graves daños tanto al `hermano Lula´, como a la economía brasileña. También Argentina se verá seriamente afectada.

Los presidentes Lula y Kirchner, rehenes energéticos, intentaron buscar alguna forma de arreglo a través de quien alimentó la crisis: Chávez. En la reunión de Iguazú, los cuatro mandatarios anunciaron un acuerdo, que más que soluciones, se diluyó en palabrerías que reconocían lo obvio: el derecho de Bolivia a nacionalizar.

No se produjo ningún resultado específico. Todo fue remitido a negociaciones bilaterales. Lula fue claro: será Petrobrás que tendrá que decidir. Pero José Sergio Gabrielli, presidente de la estatal brasileña, ya había declarado que las ambiciones de Evo Morales tornan económicamente inviables las operaciones y que la empresa cancelaba sus inversiones en Bolivia.

Uruguay se verá igualmente perjudicado. El presidente Tabaré Vázquez no comparte la visión de Chávez con respecto al `socialismo del siglo XXI´.  Prefirió viajar a reunirse con el presidente Bush para explorar mejores oportunidades para su país e incluso estudiar la posibilidad de un tratado comercial con EEUU. Si lo logra, se abatirá sobre él la maldición caribeña.

España también reaccionó con consternación. El presidente del gobierno Rodríguez Zapatero ha expresado claramente su alarma. Y es que la petrolera hispano argentina Repsol-YPF es la segunda mayor inversionista en el gas de Bolivia. En un comunicado hecho público por el Ministerio de Exteriores, el Gobierno español manifestó "su más profunda preocupación".

Por su parte, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Javier Solana, afirmó: "Pienso que no es bueno para el futuro económico y político de Bolivia".

A la vez Evo Morales ha dicho que no habrá gas para Chile.

Nos preguntamos: ¿en qué quedará el famoso gasoducto desde Venezuela hasta Argentina? A pesar de los anuncios protocolares, ¿seguirán Lula y Kirchner interesados en la propuesta de un colega tan conflictivo? Ese gasoducto es económicamente inviable, ambientalmente irracional y además no existe por ahora el gas para alimentarlo. A lo anterior se le suma el riesgo, para los mandatarios de Brasil y Argentina, de crear una dependencia con respecto a un camarada que toma decisiones con los hígados. Como en el caso de
la CAN.

Los venezolanos observamos con profunda angustia lo que ocurre. ¿Tendremos ahora que echarnos a cuestas a Bolivia? ¿Será que si Petrobrás considera inviable algún arreglo, tendremos que hacernos cargo de las operaciones, por razones políticas y no económicas? ¿Será eso lo que se insinuó desde La Habana? Nuestros debilitados hombros ya no dan para tanto.

Como venezolano expreso mi protesta. Nuestra producción petrolera, de acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía y también de la OPEP, está unos 700.000 barriles diarios por debajo de los anuncios gubernamentales.

Este gobierno no ha sido capaz de enfrentar las dificultades de Pdvsa, pero ahora pareciera estar dispuesto a hacerse cargo de los problemas de la industria nacionalizada por el Evo.

Nuestro gobierno alienta situaciones que amenazan el suministro de gas boliviano a Brasil y Argentina, se retira de la Comunidad Andina, pelea con México y con Perú, tiene conflictos con Nicaragua, se distancia de Colombia, objeta que otras naciones suscriban tratados de libre comercio con EEUU, siembra discordias en Mercosur, se inmiscuye en los problemas internos de otras naciones y ... pare Ud. de contar.
 
Chávez se ha transformado en el adalid de la desintegración. Por donde pasa, va dejando un reguero de conflictos.