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26/08/2013 | Los griegos roban... para comer

Begoña Castiella

Los hurtos más frecuentes son pequeños en valor y tamaño, siempre de comida: productos lácteos, zumos, bollería, chocolates, dulces o chicles

 

La crisis económica en Grecia se traduce en seis años de recesión y un altísimo desempleo (en este mes de mayo las estadísticas oficiales hablan de 27,6%, lo que representa 1.381.088 personas sin trabajo). Algo que se refleja en la vida de muchas familias ahora necesitadas y en el resto de la sociedad griega, incluyendo los supermercados.

«Comen cosas en la tienda y se van sin pagar. Ni nos molestamos en llamar a la policía». El comentario de N., cajera en un supermercado cerca de Omonia, en el centro de Atenas, es lacónico y lúcido. Hasta hace unos meses la mayoría de los robos que se registraban en los grandes supermercados de toda Grecia eran de productos de belleza como cosméticos y perfumes, bebidas alcohólicas y otros caprichos mas bien caros que mucha gente no se podía permitir comprar. Pero ahora los robos más frecuentes son fundamentalmente pequeños en valor y tamaño, siempre de comida: pequeños envases de productos lácteos, zumos, bollería, chocolates, dulces, chicles. Comida para sobrevivir, para aguantar un día mas que se consume a escondidas en el propio supermercado.

«Menudo trabajo tengo, perseguir a los mas pobres», cuenta Takis a ABC: es un encargado de seguridad contratado por otro céntrico supermercado, con un suelo que no supera los 600 euros al mes. «Antes los que robaban comida eran los inmigrantes ilegales que circulan por el barrio, ahora son familias normales que se han quedado sin recursos. Van a los comedores públicos, a los de la Iglesia, pero siempre se quedan con hambre, sobre todo los niños». El trabajo de Takis es disuasorio: desde que está en la puerta de este supermercado, hay muchos menos robos pero más envases vacíos en el suelo dentro del comercio. Y eso es debido a que desde hace muchos meses los encargados de todos los establecimientos griegos han dejado de llamar a la policía si se trata de pequeños robos relacionados con la supervivencia. Conocen que el Código Penal griego, en su art. 377 sobre robo o apropiación indebida de un objeto de poco valor se castiga con una multa o pena de prisión de hasta seis meses. Pero si el acto fue cometido por necesidad y para su uso inmediato, el tribunal podrá declarar el hecho impune. Llamar a la policía, ir a declarar, emprender los trámites legales correspondientes son todas ellas acciones que sólo se hacen ahora para objetos de mayor valor, sobre todo robos organizados por grupos de ladrones, con frecuencia balcánicos o gitanos.

Pobreza y desesperación en las estadísticas

La actual situación de pobreza se ve reflejada en las estadísticas de la Unión Europea que en su estudio sobre 2011 consideraron que el 31% de la población griega estaba en riesgo de pobreza o exclusión social. Y la situación ha empeorado tanto el año pasado como este, afectando especialmente a familias con hijos y a los mas ancianos. Aglaía, una asistente social que trabaja para Caritas Atenas, lo tiene bien claro: «Las grandes víctimas de la crisis son los niños, las familias monoparentales y los ancianos. Tienen cada vez menos protección social y mas necesidades». Por su parte, la asociación ECR Hellas (que representa a los grandes fabricantes y distribuidores griegos) tiene nuevos datos. El conjunto total de los robos en los supermercados ha aumentado un 10% en un año, representando 95 millones de euros de pérdidas para las empresas, según recoge el diario ateniense Kathimerini. Y lo que mas se roba en números: productos lácteos, aceite, miel, café, bebidas alcohólicas, productos dentífricos, maquinillas de afeitar, chicles, chocolates, pilas.

Ayuda solidaria

La población mas necesitada tiene acceso a distintos servicios de los grandes ayuntamientos del país, empezando por Atenas, donde tras una entrevista con los servicios sociales se puede acceder a «comprar» alimentos en su economato especial con cupones. A diario la Iglesia ofrece al menos una comida y repartos mensuales de alimentos (a través de muchas Iglesias Ortodoxas, en un Centro de Refugiados de Caritas Atenas y en el comedor de las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta entre otras ayudas de la Iglesia Católica) y se recoge a diario en todos los supermercados del país comida que los clientes tras pagar depositan en unos cestos especiales. Los tenderos de los mercados al aire libre de frutas y verduras regalan cada vez más piezas al final de la mañana y existen nuevos organismos de ayuda solidaria, reparto de comida sobrante y de intercambio de horas de voluntarios. Otra consecuencia de la crisis es que tras tanto consumo, se ha desarrollado de nuevo la generosidad y la solidaridad en Grecia.

El Pais (Es) (España)

 



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