Piacenza - «Delitos impresionantes en el cuartel, donde no había casi nada legal», dice la fiscal de Piacenza, tras el arresto de seis militares.
«Es como una novela negra, pero todo es real», ha dicho
el magistrado que investiga sobre el escándalo de un cuartel de los
«carabinieri» en Piacenza, en la región de Emilia-Romaña, al norte de Italia.
Los militares son acusados de delitos que parecen pertenecer a la serie
Gomorra: tráfico de drogas, principalmente hachís, extorsión, tortura, arresto
ilegal, malversación de fondos, abuso de poder, violencia privada, estafa y
relaciones sexuales con prostitutas en el cuartel, además de festines con
droga. Parte de las drogas y el dinero que los carabineros confiscaban a los
traficantes, en lugar de entregarlos a la magistratura, se utilizaba para pagar
a los confidentes, quienes a su vez eran traficantes de drogas.
Diez son los carabineros implicados: cinco han sido
encarcelados, uno está en arresto domiciliario, tres tienen la obligación de
presentarse periódicamente a la policía judicial y uno no puede salir de la
ciudad de Piacenza. Tres años duraron las hazañas de los carabineros, descritas
en un informe judicial de 326 páginas, dividido en capítulos, como un libro de
horrores. La fiscal jefe de Piacenza, Grazia Pradella, al anunciar las
detenciones, después de 6 meses de investigación, 75.000 interceptaciones y más
de 2 millones de datos analizados, manifestó horrorizada: «No había casi nada
legal en ese cuartel. Los delitos más graves se cometieron durante el
confinamiento por el coronavirus. Se trata de delitos impresionantes, cometidos
por militares del arma de carabineros que deshonraron su uniforme.
Se creían intocables
El impresionante castillo de la ilegalidad se derrumbó
por un error de quienes se creían intocables, dueños y señores del destino de
los demás: Un confidente marroquí fue golpeado salvajemente en el cuartel
frente a dos traficantes de drogas para darle una lección. Cuando los
magistrados llamaron al marroquí a declarar, cantó algunas fechorías cometidas
por los carabineros. «Una imagen vale más que mil palabras», subrayó la fiscal
jefe de Piacenza, al hablar de una foto en la que aparece Giuseppe Montella, 37
años, considerado el jefe del grupo de militares corruptos, junto a otros tres
investigados mostrando fajos de billetes mientras sonríen: En la foto publicada
en Facebook por Simone Garrido (arrestado con hermanos y otros familiares),
aparece también Giacomo Falanga, un militar arrestado, al lado de Montella que
tenía un nivel de vida mucho más alto de lo que le permitía su salario. El tono
de las conversaciones interceptadas es casi surrealista, hasta el punto de que
la fiscal lo define como una «realidad casi onírica». Giuseppe Montela decía a
sus colegas carabineros: «Hemos hecho una pirámide, estamos demasiado en alto,
somos inalcanzables. Como Gomorra».
La fiscal jefe de Piacenza ha reiterado que la confianza
total en el arma de los carabinieri no se puede poner en duda por estos
comportamientos delictivos. El general Giovanni Nistri, comandante del arma, ha
manifestado a la RAI: «Los hechos que se relatan son muy graves. Estos militares
han sido suspendidos, no son dignos de vestir este uniforme». El escándalo ha
tenido una enorme repercusión nacional, siendo noticia de apertura en los
medios informativos.