«Gracias a Dios y a la inteligencia y tenacidad del pueblo iraní, aquéllos en el mundo que se oponían a la nuclearización de Irán hoy han asumido vivir e interactuar con un Irán nuclear.» Con la ayuda de Dios y desoyendo las advertencias, insistencias y amenazas de la comunidad internacional, el Gobierno de Teherán seguirá progresando en la producción de combustible atómico con la instalación de 3.000 nuevas centrifugadoras para marzo de 2007 hasta llegar a la escalofriante cifra de 60.000 en el plazo de 10 años. «Los grandes logros atómicos del país crecerán paulatinamente y estarán al servicio de la medicina, la agricultura, la industria y las centrales de energía», aseguró el mandatario iraní.   Según Ahmadineyad, cuando «una gran e influyente nación como Irán levanta las barreras en el escenario mundial y se hace con una posición adecuada en la tecnología punta, molesta a algunas potencias que desean mantener la tecnología atómica en forma de monopolio».
El presidente de la república islámica reiteró que su pueblo es «pacifista y amigo de todas las naciones -excluyendo a Israel-», que «interactúa de manera lógica y civilizada con los demás». Por ello, se mostró dispuesto a hablar con Estados Unidos, pero si la Administración del presidente George W. Bush «corrige su conducta». Ahmedineyad acusó al Gobierno estadounidense de basar su política exterior en «la agresión, la opresión, el unilateralismo y la falta de respeto» por otros países. «[Los iraníes] deseamos usar todas las ciencias y las tecnologías, en especial la nuclear, en el marco de la paz y las normas internacionales», se atrevió a decir sin rubor.
 La República Islámica de Irán celebrará una gran fiesta por su nuclearización total, que coincidirá con el 28º aniversario de la Revolución islámica, entre el 1 y el 11 de febrero de 2007. Durante esos días «se anunciarán dos logros tecnológicos importantes, uno de los cuales ningún país ha podido lograr», aseguró con satisfacción Ahmadineyad.
Ante la alarmante situación, los expertos del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) advierten de que el organismo nuclear de Naciones Unidas «es incapaz de avanzar más en sus esfuerzos para verificar la ausencia de material nuclear y actividades no declaradas en Irán». Las inspecciones internacionales sólo pueden mejorar si este país «se ocupa de asuntos de verificación pendientes desde hace tiempo», entre otros, aplicar el protocolo adicional del Tratado de No Proliferación de armas nucleares (TNP).